¿Debemos tomar refrescos para llevar mejor el calor?

Su propio nombre lleva a confusión porque lo cierto es que ni quitan la sed ni son saludables.

Refresco es un trampantojo. ¿Refresca algo que tiene tanta azúcar? Cuando tomamos dulce, luego el cuerpo nos pide agua. Y esto algo muy parecido a lo que nos pide el organismo después de bebernos un refresco.

Entra fresquito, nos alivia el calor al momento, lo que dura frío al entrar en la boca, pero no quita la sed. Nos podemos beber de golpe cualquier refresco bien frío que luego necesitamos un vaso de agua para quitarnos la sed.

Ningún refresco hidrata, y solo aporta frío y saludable un instante porque las bebidas asimilan enseguida la temperatura corporal, alrededor de 37 grados. Así lo aseguran fuentes médicas como el Boris International Medical Clinic. “Una bebida fría provoca una mejor sensación térmica, es más apetecible cuando hace calor porque transmite, a través de la boca, una sensación refrescante. Pero sus beneficios no van más allá”, exponen. “Si ingerimos una gran cantidad de líquido frío, tanto si es agua como cualquier otra bebida, el organismo debe hacer frente a una bajada brusca de temperatura y lo obligamos a trabajar más para recuperar los 37ºC, una función que implica un elevado gasto de las reservas energéticas y que da como resultado el opuesto al deseado, ya que nos acalorará”, añaden.

El agua, el mejor refresco

A esto hay que añadir que son productos malsanos. Tienen un altísimo contenido en azúcar y si encima los combinas con alcohol, favorecen la deshidratación. “La hidratación es fundamental. Bebe agua y líquidos a menudo. No abuses de las bebidas con cafeína, ni de los refrescos azucarados. Evita el alcohol, que favorece la deshidratación”, advierten desde la OCU.

Todos los especialistas en salud y nutrición insisten en que no hay líquido que refresque más que el agua. Es el líquido que perdemos en forma de sudor, y debemos reponerlo. Es más, es aconsejable beber sin tener sed para que así proporcionemos agua al organismo, que la necesita, sobre todo cuando hacemos deporte o cuando es verano. El agua es fundamental para el transporte de nutrientes y de oxígeno, y también es esencial para regular la temperatura corporal, para la digestión y para la eliminación de residuos, entre otras acciones.

Por este motivo, el agua sin más, las sopas frías y las frutas ricas en agua hidratan y refrescan mucho más que un refresco y encima son infinitamente más saludables. Incluso, con moderación, puedes optar por el té. Siempre será mejor que los refrescos azucarados.

La próxima vez que te tomes un refresco azucarado, fíjate en cómo reacciona tu cuerpo después de esa sensación de gusto y alivio que sientes al tragar y notar el frío de la bebida. Verás como pasa enseguida y solo quieres beber más porque no te quita la sed.

Así que si quieres refrescarte con un refresco, valga la redundancia, opta por el agua. Un truco para es que le añadas una rajita o la piel del cítrico que más te guste: lima, limón o naranja. Hielo frío y verás que no hay refresco más rico ni efectivo.

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