¿Eres de lo que se preocupa en leer la letra pequeña de las etiquetas cuando vas a comprar un producto en conserva? Por ejemplo, ¿lo haces al elegir marca de lata de atún o coges la primera que “pillas” o la más barata? Quizá te interese lo que te vamos a contar en las próximas líneas.
El atún se puede encontrar, a grandes rasgos, al natural o en aceite. Y dentro de esta última forma de conserva, puede estar sumergido en aceite de girasol, aceite de oliva o aceite de oliva virgen extra. ¿Cuál es mejor?
Antes de entrar en detalles tenemos que puntualizar una cuestión decisiva para responder esta pregunta: no es lo mismo preguntárselo desde el punto de vista gastronómico, de la calidad del producto, que del de la salud. Lo vamos a tratar de explicar a continuación, a la vez que respondemos a la pregunta principal que nos hacemos en el titular de esta pieza.

Empezamos por lo más sencillo de responder, cuál es el tipo de atún en conserva más saludable. La respuesta, que genera consenso en todos los dietistas nutricionistas, es el atún al natural. El motivo es que su aporte calórico es muchísimo menor que el atún que se conserva en aceite. “Si lo queremos aliñado, se puede poner aceite de oliva virgen extra. Aquí sí que podemos controlar la cantidad y la calidad del aceite”, explica David Archilla, especialista en nutrición clínica y deportiva.
En un post divulgativo de Instagram, Archilla se pregunta lo mismo que nosotros. Y responde con datos concretos. Por ejemplo, las calorías por cada 100 gramos de un atún en conserva al natural, 79 Kcal por cada 100 gramos, con respecto a los que se conservan en aceite, 357 Kcal por cada 100 gramos.
David Archilla profundiza también en dicha publicación en los atunes en aceite. Expone que el de aceite de girasol “debemos evitarlo debido a que este aceite es proinflamatorio”. Además, “Aunque se escurra siempre queda algo impregnado”, añade. Sobre el aceite de oliva, el nutricionista señala que “no es tan mala opción pero mi recomendación es escurrir lo máximo posible la lata”.
Lo cierto es que se puede ir un poquito más allá todavía en lo que respecta al aceite de oliva. Y es que no es lo mismo que sea virgen extra, al menos virgen, que aceite de oliva a secas. En la mayoría de ocasiones, este último es aceite refinado, cosa que no ocurre con los etiquetados, como mínimo, como “virgen”. Estos son recomendables por los efectos beneficiosos que aportan a través de sus grasas monoinsaturadas. Por eso se habla de que el aceite de oliva virgen y virgen extra son productos saludables pese a ser altos en calorías.
Cuidado con la sal y el sabor
Además del aceite, es fundamental leer el etiquetado cuando escojáis atún en lata porque la sal también es un indicador decisivo a nivel nutricional.
En este sentido, hay poco que decir. Breve y conciso: cuanta menor sea la proporción de sal, más saludable será el producto conservado que vas a adquirir.
En cambio, hay matices más complicados si hablamos de sabor. El motivo no es otro que aquello de lo que alertan las buenas empresas conserveras: si el atún es de muy buena calidad, gastronómicamente hablando es recomendable conservarlo en aceite de girasol o aceite de oliva muy suave para que respete al máximo el sabor original del pescado.

Esto choca con la recomendación de los expertos en alimentación. No queda más remedio que escoger entre una y otra opción, pero lo importante es ser consciente de ello antes de hacerlo.
Por último, ten en cuenta la cantidad de aceite que tiene la lata en el caso de que optes por esta opción. Esto es difícil de ver a simple vista, aunque es mucho más fácil en atun conservado en bote de cristal porque suelen ser más pequeños los que llevan menos aceite. Que el tamaño no te engañe, ya que es posible que contenga la misma cantidad de atún o más: mira el peso escurrido para comparar con propiedad.
Y recuerda que debes moderar la cantidad de atún en tu dieta para evitar el consumo potencial elevado de mercurio. Puedes sustituir el atún en lata en ensaladas por la caballa, pescado azul muy saludable, de textura y sabor similar al atún en conserva, y sin el riesgo de la ingesta de mercurio al ser un pescado pequeño, todo lo contrario al atún.