Con la Thermomix (o con otros robots de cocina similares que tengan las mismas funciones) se pueden hacer maravillas en casa. Tanto que, si no sabes cocinar y te acabas de emancipar, es un gasto inicial más que justificado. Conseguirás un notable, como mínimo, en todas las recetas que hagas, y comerás muchísimo más variado. Pero es que además puedes hacer cosas tan simples, ricas y versátiles como el yogur casero.
El yogur natural o griego es un gran aliado de las dietas saludables y nutritivas. Ideal para los desayunos, donde puede ser la base de todo tipo de combinaciones con frutos secos, semillas, frutas o cremas de frutos secos, lo es también para las meriendas. Sobre todo si tienes niños pequeños en casa, que suelen abusar mucho de yogures de sabores y productos malsanos.
Pues bien, solo necesitarás un yogur para poder multiplicarlo como por arte de magia en varias porciones individuales de yogur casero. Eso, un yogur natural o tipo griego (mejor sin azúcar, ya sabes de sobre los motivos), además de leche entera y agua es lo único que necesitas para conseguir en unas horas 8 porciones de yogur natural casero.

Esta es la versión más sencilla, en la que solo tienes que abrir el citado yogur industrial, y repartirlo en ocho vasitos individuales. Como te puedes imaginar, con una cucharadita pequeña es más que suficiente porque debe darte con un único yogur para los ocho vasos. Después, añades leche entera hasta casi completar el vaso y tapas los ocho con papel film. Ponlos dentro de la varoma de tu Thermomix y tápala.
Por otro lado, pon 250 g de agua en el vaso con un chorrito de limón y programa 8 horas el modo Fermentar del robot de cocina y verás que pasado ese tiempo tendrás unos yogures caseros naturales con una textura cremosa y un sabor exquisito. Eso sí, para que la textura sea perfecta, tapamos bien ya de manera individual y mételos unas horas en la nevera antes de consumir el primero de ellos.
En este vídeo de una experta en Thermomix puedes comprobar el paso a paso por si te queda alguna duda, aunque el proceso sea de lo más sencillo que vas a a hacer con esta máquina.
Y recuerda que solo es la versión básica. También puedes, a partir de esta elaboración, investigar con distintos sabores y combinaciones: de vainilla, con galleta, con mermeladas o trozos de fruta. Unos son más saludables que otros, pero la opción la tienes a tu alcance una vez comprueba que la versión más básica te sale bien.
Para que sea así, recuerda tapar muy bien con film los ocho vasitos ya que no puede perder calor durante las horas de fermentación. De lo contrario, se estropeará al no cuajar bien la mezcla de yogur y leche. Y, a modo de consejo final, no olvides de que puedes hacerlo con yogur natural en vez de griego pero colando el suero para que te quede más cremoso sin necesidad de utilizar en griego, que tiene más materia grasa.