Medita y adelgaza
Entrenar a nivel mental ayuda a perder peso y multiplica efectos. Te decimos cómo.

Una gran herramienta
Las claves para meditar: “Hazlo en un espacio tranquilo a primera hora de la mañana, antes de que la mente se ponga a maquinar, y en una postura que te resulte cómoda (sentada o acostada)”. Observa, no juzgues y pon el foco en la respiración. Cada vez que te distraigas centra la mente con una frase desculpabilizadora: “Me disperso, ya he vuelto a las andadas”. Una vez hayas acabado, anota tus sensaciones y elige un mantra: “Estoy bien”, “soy capaz”, “puedo”.

Programa de 21 días
En Medita tu Peso, Cruikshank propone una transformación metabólica en tres semanas apoyada
en tres pilares: meditación, crear un nuevo mapa nutricional y hacer deporte o yoga.
Editorial Urano. 13 €.

Normas dietéticas
1. Come lentamente y mastica. “Es el primer paso de una deglución sana”.
2. Elimina del menú los alimentos procesados, la harina, el azúcar, los lácteos, la cafeína y el alcohol.
3. Di adiós a la báscula. “Mide tu éxito por cómo te sientes de bien”.
4. Deja de comer cuando aún tengas apetito. El ansia desaparece pasados 20 minutos.
5. No cuentes calorías. Come con moderación.
6. Evita las distracciones. “No tomes alimentos delante de la tele o del ordenador”.
7. Limita la ingesta de nutrientes a partir de las 8 p.m. 8. No bebas líquidos durante el almuerzo. “Diluyen las enzimas gástricas y dificultan la digestión”.
2. Elimina del menú los alimentos procesados, la harina, el azúcar, los lácteos, la cafeína y el alcohol.
3. Di adiós a la báscula. “Mide tu éxito por cómo te sientes de bien”.
4. Deja de comer cuando aún tengas apetito. El ansia desaparece pasados 20 minutos.
5. No cuentes calorías. Come con moderación.
6. Evita las distracciones. “No tomes alimentos delante de la tele o del ordenador”.
7. Limita la ingesta de nutrientes a partir de las 8 p.m. 8. No bebas líquidos durante el almuerzo. “Diluyen las enzimas gástricas y dificultan la digestión”.

Menú tipo
Desayuno
‘Smoothie’ proteico.
Almuerzo
Sándwich integral contundente: verduras, proteínas y alguna grasa saludable (pesto, aguacate o humus ) o sopa con hortalizas y proteínas (pescado, carne o huevo) o ensalada gigante.
Cena
Verduras al vapor+ carne o pescado o proteína verde (tofu o tempeh) al vapor con guarnición de cereales integrales (quinoa, arroz o mijo).
Recena
Dos horas después de cenar, toma 1 pieza de fruta o macedonia con yogur ecológico.
‘Smoothie’ proteico.
Almuerzo
Sándwich integral contundente: verduras, proteínas y alguna grasa saludable (pesto, aguacate o humus ) o sopa con hortalizas y proteínas (pescado, carne o huevo) o ensalada gigante.
Cena
Verduras al vapor+ carne o pescado o proteína verde (tofu o tempeh) al vapor con guarnición de cereales integrales (quinoa, arroz o mijo).
Recena
Dos horas después de cenar, toma 1 pieza de fruta o macedonia con yogur ecológico.

Los complementos del fitness adelgazante
La idea es convertirse en exploradora. Registra los niveles de hambre entre horas, justo antes y después de comer y transcurridas dos horas. “Esta práctica permite reorientar rutinas alimenticias. En cuanto al ejercicio, “elige una actividad que te guste y sea acorde con tu vida”.

El cerebro te limita
A veces, los mensajes del subconsciente y los malos hábitos arraigados impiden alcanzar la meta: adelgazar. ¿Por qué? Porque tenemos patrones mentales y costumbres autodestructivas que se han implementado en el cerebro desde la niñez. “Hay que comérselo todo, lo que lleva a limpiar el plato, aunque estemos satisfechos; y también buscar alimentos consuelo, esos que alivian ante una situación estresante”, aclara Tiffany Cruikshank, autora del libro Medita tu Peso y fundadora de Yoga Medicine.

¿Cómo romper con esos bloqueos?
Aquieta la mente. “Con una práctica diaria meditativa de 10 minutos puedes influir en las veintitrés horas y cincuenta minutos restantes del día”, explica la experta. ¿Sus efectos en la dieta? “Mejora la capacidad para regular la cantidad y la calidad de lo que comes, corrige la ingesta compulsiva y el hambre emocional y disminuye los niveles de cortisol que favorecen la acumulación de grasa en la cintura”.