Cuidado, no debes abusar de comer sardinas en lata por estos motivos

Aunque las conservas de pescado sean, en general, productos saludables, no debes abusar de productos como las sardinas en lata por varias razones. 
Sardinas en lata

Las latas en conserva salvan, igual que los embutidos, de muchos apuros en casa. Cada laguna del menú familiar se ocupa con algo de la despensa, y ahí es donde las conservas toman valor, sobre todo los pescados como las sardinas en lata, un manjar al que no le hace falta mucho más acompañamiento que una barra de pan aunque también se pueden hacer recetas riquísimas con ellas más elaboradas como esta coca de sardinas y espinacas.

Está fuera de toda duda que las conservas de pescado, en general, son un producto saludable, aunque hay matices en función del producto. Por ejemplo, del atún no debemos abusar por su alto contenido en mercurio. Y tampoco podemos pasarnos con las sardinas en lata por otras razones distintas.

Antes de exponerlas, eso sí, cabe resaltar que hay estudios que avalan las bondades de las sardinas en lata. El más cercano, en tiempo y lugar, es del Hospital Clínic de Barcelona, que demostró que el consumo regular de sardinas tiene un efecto preventivo ante la diabetes tipo 2.

En concreto, estudió a un grupo de 152 pacientes de 65 años o más con prediabetes, y los que consumieron las sardinas semanalmente (dos latas a la semana) mostraron mejoras en parámetros bioquímicos como el índice de la resistencia a la insulina o el aumento del colesterol bueno (HDL). Además, redujeron significativamente el riesgo de padecer diabetes en comparación con el grupo que no comió sardinas durante el estudio.

Sardinas en lata - iStock

Este estudio demuestra también que la clave está en la moderación: no es lo mismo una lata de sardinas a la semana, o dos, incluso tres, que comer conservas muchas veces a la semana, algo que es habitual en más hogares de los que parece. Es en este escenario cuando toman sentido todos los motivos por los que no debemos abusar de productos a priori saludables como las sardinas en lata.

Es que, en primer lugar, debes tener en cuenta que este tipo de conserva tienen un alto contenido en sal, por lo que se dispara su contenido en sodio, que tiene efectos negativos en la salud, sobre todo en la tensión arterial.

En segundo lugar, la mayoría de las latas de sardinas están conservadas en aceite y no al natural, como pasa con otras conservas. El matiz importa, ya que el contenido de Omega 3, que es bueno, se dispara por encima de las sardinas frescas. No hay otra razón que la presencia del aceite, que es un producto que aumenta el contenido en grasas y calorías.

Y, por último, también es importante tener en cuenta que las latas de sardinas contienen bisfenol-A (BPA), un compuesto orgánico utilizado desde hace muchos años para recubrir con plástico el interior de las latas y que no se oxiden. Este producto protege a los alimentos, pero se puede producir una filtración al estar en contacto directo con el pescado.

Eso sí, no hay consenso ni evidencias científicas claras de las posibles consecuencias del bisfenol-A en los productos conservados en lata ni tampoco, por extensión, en la salud de las personas que las consumen. Sí hay una revisión de un estudio reciente de la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA, por sus siglas en inglés), titulado ‘Re‐evaluation of the risks to public health related to the presence of bisphenol A (BPA) in foodstuffs’, que sostiene que las cantidades de BPA actuales pueden suponer “un riesgo para la salud”, por lo que la Comisión Europea está planeando prohibirlo definitivamente, algo que no se ha producido todavía. Sí se prohibió hace más de una década en biberones y alimentos y bebidas destinados a menores de tres años.

Sardinas en lata - iStock

En definitiva, la clave es consumir y disfrutar de las sardinas en lata con moderación, y si es posible, alternar las conservas naturales con los productos conservados en aceite. Si te sirve de ayudar, aquí te contamos todo sobre las sardinas: sus propiedades, cómo prepararlas y en qué fijarte al comprarlas.

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