La gastronomía no para de renovarse y de buscar nuevos ingredientes para actualizar recetas tradicionales. Muchas veces, viajamos lejos para conocer productos que pueden modernizar nuestro recetario, pero en otras ocasiones solo hace falta redescubrir aquellos que nos han acompañado durante gran parte de nuestra historia. Es el caso de la algarroba, una leguminosa consumida por antiguas generaciones y cuyo uso y valor ha decaído con los años y la migración a las grandes ciudades.
De hecho, las vainas del algarrobo han sido un importante recurso alimentario en épocas de escasez que en la actualidad son utilizadas para la alimentación animal y también por la industria farmacéutica. Pero no solo esto, parece que muchos han visto en la harina de algarroba un filón para postres, salsas y bebidas y un perfecto sustituto del cacao.
Empecemos situándonos; la algarroba es fruto del algarrobo, un árbol originario de la cuenca del Mediterráneo que pertenece a la familia de las fabáceas, o sea, que es una leguminosa, y como tal, se presenta en forma de vaina con semillas en su interior. Estas vainas pueden puede medir hasta 20 centímetros de longitud. Cuando alcanzan la madurez, a finales de verano, se vuelven oscuras y es cuando adquieren el sabor dulzón, como sucede con la mayoría de vegetales.
Para obtener la harina de algarroba, se deben moler las vainas de la algarroba maduras y sin semillas (tras deshidratarlas y tostarlas) hasta obtener un polvo muy fino y de color parecido al cacao puro, pero algo más claro. Esta harina es perfecta para utilizar en la cocina o para añadir a batidos, yogures, etc… ya que no necesita ser cocinada.
Entre las muchas virtudes de la harina de algarroba, destaca su efecto prebiótico, ya que sus fibras ayudan a mejorar la flora intestinal fermentativa. Además, afirman ayuda a prevenir infecciones y problemas gastrointestinales, que su contenido en taninos la hace un alimento rico en antioxidantes, además de considerarse antiinflamatoria, saciante y ofrecer beneficios para la salud cardiovascular y del sistema renal.
Si quieres conocer más virtudes de la harina de algarroba y saber cómo puedes utilizarla en tu cocina, te lo contamos todo en la siguiente galería.
Cómo se obtiene la harina de algarroba
Las vainas de la algarroba maduras y sin semillas se deshidratan, se tuestan y se muelen para obtener un polvo muy fino que se convierte en la harina de algarroba, lista para utilizar en la cocina o para añadir a batidos, yogures o postres. Se puede consumir directamente, sin ser cocinada previamente.

Índice glucémico bajo
La harina de algarroba tiene un índice glucémico bajo, esto significa que nos ayuda a sentirnos saciados pronto y mantiene los niveles de azúcar en sangre. Por este motivo es un buen alimento para incluir en la dieta de muchas personas, deportistas, embarazadas, niños y personas mayores.

Es rica en carbohidratos
Aproximadamente el 40-5 0% son azúcares (principalmente sacarosa, glucosa, maltosa y fructosa), también contiene proteínas, 5-10 gramos por cada 100 de producto.

Perfecta para postres
Se puede usar como sustituto del cacao puro en polvo, tiene muchas menos grasas y el sabor es parecido, sin llegar a ser igual.

Baja en grasas
Además, es baja en grasas, ronda el 0'6-3 %, y son grasas de calidad, como ácido linoleico y ácido oleico.

Micronutrientes
También hay que destacar su aportación en otros micronutrientes, como el sodio (35 mg), el calcio (348 mg), el hierro (2,9 mg), el potasio (827 mg), el fósforo (79 mg), el magnesio (54 mg), y vitaminas A, B1, B2, B6 y C.

Valores nutricionales de la harina de algarroba
El aporte calórico de la harina de algarroba por cada 100 gramos ronda las 220 kcal. El contenido en grasas es de 0’65 gramos, el de carbohidratos de 49 gramos, las proteínas se cifran en 4’6 gramos, y la fibra supera los 39 gramos.

Efecto prebiótico
Debido a que sus fibras ayudan a mejorar la flora intestinal fermentativa. Se ha utilizado como antidiarréico, pero también es laxante, y favorece el peristaltismo correcto. Además, afirman que favorece la curación de infecciones y problemas gastrointestinales.

No contiene tiramina
La tiramina es una sustancia presente en el cacao y, por lo tanto, el chocolate que se relaciona con la aparición de dolores de cabeza y agrava la migraña.

Perfecta para repostería
Su parecido con el chocolate en polvo puro y su bajísimo porcentaje de grasas, han hecho que poco a poco la harina de algarroba se convierta en un ingrediente muy presente en la cocina de deportistas y personas que cuidan su alimentación pero que no quieren renunciar a un capricho.
