Revista Mía

Me duelen los huesos, ¿será reuma?

Pues no. Porque el reuma, como enfermedad, no existe. Sin embargo, sí hay más de 200 enfermedades reumáticas detrás de ese dolor. La mayoría de las enfermedades reumáticas afectan a articulaciones...

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Pues no. Porque el reuma, como enfermedad, no existe. Sin embargo, sí hay más de 200 enfermedades reumáticas detrás de ese dolor. La mayoría de las enfermedades reumáticas afectan a articulaciones, músculos y huesos, pero otras pueden incidir sobre órganos como la piel, el corazón, los pulmones... Además, no sólo afectan a los mayores. Las patologías reumáticas pueden aparecer a cualquier edad y son una de las principales causas de incapacidad. Conoce todos los mitos y verdades sobre las enfermedades reumáticas.
“El reuma como tal no existe”, dice el doctor José Vicente Moreno Muelas, presidente de la Sociedad Española de Reumatología. Y explica: “En realidad, lo que existe son más de 200 enfermedades reumáticas diferentes, que pueden afectar a localizaciones concretas de nuestro cuerpo”. Y por eso, porque existen muchas patologías reumáticas, no se debe aceptar un diagnóstico de reuma.
“En las articulaciones, los huesos y los músculos, o en múltiples órganos y sistemas”, puntualiza el especialista.
Según el Dr. Moreno Muelas, “cada una de las múltiples enfermedades reumáticas tiene sus propios síntomas (hay que tener en cuenta que comprenden desde artritis o artrosis hasta espondilitis, enfermedades sistémicas y autoinmunes, osteoporosis, fibromialgia, lumbalgias, etc.), si bien el dolor es el común a todas ellas, ya sea limitado a la articulación o al área anatómica afectadas -y, en ese caso, puede ir acompañado de hinchazón, enrojecimiento y aumento de la temperatura cutánea, en el caso de la artritis, la tendinitis y la bursitis- o más generalizado, como en el caso de la fibromialgia. Cuando afecta a los órganos, los síntomas pueden ser muy variados, por la incidencia renal, vascular, neurálgica, oftalmológica... La fiebre, la falta de apetito y el decaimiento suelen presentarse”.
“En su conjunto, este tipo de patologías afecta a una de cada cuatro personas. Son la causa de la tercera parte de las consultas que se producen en Medicina de Familia y la primera causa de incapacidad en nuestro medio; de ahí la importancia de que las conozcamos y sepamos cómo actuar”. Además, pueden aparecer a cualquier edad. “El mito de que afectan sólo a los ancianos es falso. De hecho, las enfermedades englobadas en el grupo artritis idiopática juvenil afectan a uno de cada 1.000 niños y pueden llegar a ser muy graves. Y la artritis reumatoide es propia de mujeres jóvenes, que tienen alrededor de 30 años”.
Si sospechas que puedes tener una enfermedad reumática, acude a tu médico. “A ser posible, a un reumatólogo. El diagnóstico precoz posibilita la rápida aplicación del tratamiento adecuado, lo que, en algunas patologías reumáticas más graves, limita o detiene la progresión de la enfermedad, la destrucción articular y la incapacidad resultante. Además de que, al detener el proceso inflamatorio, la posible afectación sistémica (es decir, de los órganos internos del organismo) queda también limitada”, explica el doctor José Vicente Moreno Muelas.
Aunque algunos procesos reumáticos son leves y se curan solos o con un tratamiento sencillo, otros pueden ser graves y amenazar el bienestar e incluso la vida de la persona. Pérdida de la calidad de vida: la artritis reumatoide, la artritis psoriásica, la espondilitis anquilosante, etc., son enfermedades reumáticas en las que el dolor y la inflamación merman mucho la calidad de vida y son la primera causa de incapacidad en los países occidentales.
No tienen nada que ver el clima ni el frío con las causas de las enfermedades reumáticas. Es más: éstas aparecen en todas las partes del mundo y en todos los climas. La climatología sólo influye muy discretamente en la apreciación de los síntomas o en la aparición de brotes en el proceso de la enfermedad.
“En la mayoría de los casos, el dolor procede de las articulaciones o de las partes blandas (tendones, bolsas sinoviales...), más que estrictamente ‘del hueso’, que también puede ser asiento de enfermedades reumáticas, como la osteoporosis”. El dolor se debe a la afectación de las estructuras anatómicas que la enfermedad induce. “Puede ser crónico o agudo; relacionarse con el uso de la articulación o estructura afectada; ceder con el reposo, como ocurre con la artrosis y los reumatismos de partes blandas, o persistir o incluso empeorar con él, como sucede con la artritis, en la que además se acompaña con signos de inflamación: hinchazón, enrojecimiento, sensación de calor en las zonas afectadas...”, dice el doctor.
La genética desempeña un papel importante en muchas enfermedades, y también en algunos tipos de las reumáticas, pero no es el único factor desencadenante. El hecho de que un familiar de primer grado (progenitores) lo tenga no significa que tú lo vayas a padecer.
“Actualmente no se conoce ningún tipo de alimento que provoque cualquiera de las múltiples enfermedades reumáticas que hay”, dicen en la SER. “La única excepción es la gota, que se debe al aumento y depósito en las articulaciones del ácido úrico, presente en alimentos ricos en unas sustancias llamadas purinas (marisco, vísceras, carnes grasas, pescado azul). En este caso, hay que tener cuidado con esos nutrientes y con el alcohol (incluida la cerveza), ya que interfiere en la eliminación del ácido úrico de nuestro organismo y favorece la aparición de artritis gotosa”, agregan.
En la rodilla y en la cadera, principalmente, la obesidad puede causar artrosis de estas articulaciones. Pero, además, un exceso de peso hace que en las articulaciones que soportan la carga del cuerpo y que ya están alteradas por una artritis o una artrosis, como son las de la columna, las caderas, las rodillas, los tobillos y los pies, aumente el dolor. Bajar de peso puede aliviar los síntomas notablemente.
Hay experimentos en animales que muestran que la dieta puede influir en los procesos inflamatorios reumáticos (artritis). Así, los ácidos grasos omega 3, que abundan en la caballa y el salmón, cuando se ingieren en cantidades importantes, pueden reducir la inflamación al disminuir la formación de sustancias necesarias para que ésta se produzca (prostaglandinas y leucotrienos). No obstante, los estudios en humanos no han demostrado claramente su utilidad. Y lo mismo puede decirse de los omega 6, presentes sobre todo en aceites vegetales. Por otra parte, el calcio es fundamental para mantener el capital óseo a lo largo de la vida.
Las personas con enfermedades reumáticas pueden y tienen que realizar ejercicio físico. No obstante, durante los periodos de mucha inflamación articular está indicado hacer reposo. El tipo de actividad física se debe adaptar al momento de la enfermedad y a los músculos, articulaciones y estructuras que estén afectados. Es el reumatólogo quien debe indicar qué clase de gimnasia hay que hacer, cómo y cuándo.
-Cartílago de tiburón: antiinflamatorio e inmu-noestimulante, ayuda a aumentar la viscosidad del líquido sinovial (hace de ‘amortiguador’ en las articulaciones), con lo que mejora su flexibilidad.
-Harpagofito: las raíces de esta planta se usan como antiinflamatorio natural en casos de dolores articulares, reumáticos y artríticos. Reduce la sensación de dolor y mejora el movimiento sin efectos adversos. Existe en comprimidos y en crema. -
-Cola de caballo: debido a que contiene silicio, tiene acción remineralizadora y antirreumática. Esta planta estimula la renovación de la sustancia fundamental del tejido conjuntivo (colágeno), por lo que aumenta la elasticidad de los tejidos. -
-Apio: una infusión de semillas de apio puede reducir la inflamación y además es remineralizante. Toma 3 infusiones al día, antes o después de las comidas.


Por: Carmen Sabalete.
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