Shakira exige a sus empleados no estar en contacto con nada que haya tocado ni Piqué ni Clara Chía

Comparten por turnos la vivienda de Barcelona y Shakira exige comprar nuevas sábanas, cubiertos, cojines y mantelería cada vez que pisa la casa.
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Gerard Piqué y Clara Chía abrazados en su casa de Esplugues. - Instagram

La separación de Shakira y Gerard Piqué sigue acaparando titulares, incluso después de que ambos decidieran tomar caminos separados. Aunque la pareja ha llegado a ciertos acuerdos, principalmente relacionados con la custodia de sus hijos, las tensiones entre ellos persisten. Uno de los temas que sigue sin resolverse es la venta de la casa que compartieron en Esplugues de Llobregat, Barcelona. Esta mansión, que en su día fue un refugio familiar, ahora simboliza una etapa que ambos desean dejar atrás.

Después de que Shakira consiguiera llevarse a sus hijos a Miami tras firmar un acuerdo con Piqué, la imponente propiedad dejó de ser necesaria para la cantante. Sin embargo, el proceso de venta ha resultado más complicado de lo previsto. A pesar de que la casa, con sus 3.800 metros cuadrados repartidos en tres plantas, ofrece lujos como un gimnasio, una biblioteca, una bodega, piscina, cancha de fútbol y pádel, todavía no ha encontrado un comprador dispuesto a pagar los 14 millones de euros que se piden por ella. 

Según ha detallado el periodista Miguel Valls en Espejo Público, Piqué habría intentado rebajar el precio a la mitad, porque considera que es el precio real. Sin embargo, según informaciones del entorno de la pareja Shakira no estaría dispuesta. En opinión de Valls "Shakira quiere fastidiar, no quiere vender ni bajar el precio". Mientras tanto, tanto Shakira como Piqué siguen utilizando la vivienda cuando deben viajar a Barcelona por compromisos profesionales o personales.

Salón de la casa de Shakira y Piqué en Barcelona. - Instagram

Uno de los aspectos que más ha llamado la atención es cómo la convivencia indirecta en esta casa, está tensionando el ambiente.  Como no han conseguido venderla, la pareja la usa por turnos. Aunque no se vean, la convivencia por turnos ocasiona algunos momentos incómodos, especialmente para Shakira, que tiene tal manía a Clara Chía que literalmente se niega a tocar nada que haya estado en contacto con la novia de Piqué. Según informaciones compartidas en el programa 'Espejo Público', Shakira ha impuesto estrictas normas a los empleados de la casa, sobre lo que tienen que hacer cuando ella venga a Barcelona y viva en la casa.

La cantante colombiana ha sido especialmente exigente en lo que respecta a eliminar cualquier rastro de Clara Chía de la vivienda. Cada vez que Shakira se hospeda allí, da instrucciones al personal para que todo lo relacionado con su ex pareja y la joven novia de éste sea completamente renovado.  Exige a su personal tirar todas las sábanas, cojines, mantelería y cubertería. No quiere nada que haya podido entrar en contacto con la joven novia de su ex.

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