¿Es importante el vaso en el que beber una u otra cerveza?

Este viernes 6 de agosto se celebra un año más el Día Internacional de esta bebida. ¿Tú eres de los que la beben “a morro” o de los que la sirven? 
¿Es verdad que la cerveza es pan líquido?

La cerveza se bebe servida. Eso de abrir una lata y beber directamente de ella está fenomenal si es como a ti te gusta disfrutar de esta bebida, pero no es como se pueden exprimir todas sus virtudes. En este post, con motivo del Día Internacional de la Cerveza (5 agosto), te explicamos si hay un tipo de vaso para cada variedad de esta bebida.

En primer lugar, por si eres fiel defensor de la cerveza en lata o botellín, te debemos una explicación: los expertos recomiendan servirla porque de esta forma pierde gas (dióxido de carbono), lo cual disminuye en gran medida la sensación de hinchazón y al mismo tiempo permite que aparezcan con más claridad los aromas de la cerveza, sus propiedades organolépticas. Si la bebida se bebe de su envase directamente, el gas se libera directamente por una boquilla demasiado pequeña y nada de estas consecuencias ocurren. Al revés, parece un refresco con gas pero con alcohol además.

A partir de aquí, una vez tenemos claro que la próxima cerveza la serviremos, aunque no es esencial, el tipo de vaso o copa influye en el resultado final. Bien es cierto que también hay mucho de marketing, historia e imagen de marca —no hay cerveza belga que no tenga su copa a juego—, pero también es verdad que el recipiente influye en distintas cuestiones: cómo recoge a la espuma y cómo mantiene la temperatura —si se toca directamente, se calienta antes— son dos de las más importantes. 

Cerveza en jarra - Cerveza en jarra

A continuación, te explicamos por qué determinadas cervezas se sirven en según qué tipo de vasos o copas. Repasamos, en concreto, los cuatro más habituales, con los que estarás familiarizado con total seguridad.

Vaso de tubo

Las cervezas nacionales tipo lager se suelen servir en este tipo de vasos, más o menos grandes en función de si es caña o doble. Están en desuso en nuestro país porque se imponen casos más anchos, pero básicamente son vasos para cervezas tipo lager como buena parte de las nacionales más famosas y las pilsener checas, cervezas delicadas pero cuyo sabor no es tan intenso como otras variedades. Este se concentra al ser el vaso más estrecho. Las cervezas tipo pilsener checas también tienen su propio vaso, que es similar aunque de tamaño mayor. Estrecho, potencia las mismas virtudes que el vaso de tubo. 

Vaso de pinta

Icónico diseño de los pubs ingleses, son vasos de gran tamaño, alrededor de medio litro de capacidad, que se ensanchan en la parte superior para facilitar la tarea de cogerlos. También está pensado adrede este diseño para cervezas de espuma consistente. Dado que las ale británicas, las porter o las stout no son cervezas que se sirvan a temperaturas bajas, no es necesario servirlas en copa.

Vaso weizen

Muy alto y estilizado, ligeramente inclinado y muy curvo, así es este delgado vaso para cervezas de trigo. De hecho, el término en alemán para este cereal, ‘weizen’, es lo que le da nombre al tipo de vaso. Elegante y visualmente muy llamativo, el objetivo es tener mucha capacidad porque estas cervezas ligeras y refrescantes se sirven en tamaño de medio litro por lo menos —hay algunos modelos más pequeños—, y por otro lado, contener su abundante espuma, que no se expanda en exceso. 

Copas tipo cáliz

Se diferencian porque tienen pie; es decir, no son un vaso. Además, su cuerpo es ancho y de gran capacidad, donde la cerveza “nada” a gusto, y las paredes de cristal son muy resistentes. Este tipo de copas son ideales para cervezas espesas, con mucho cuerpo, como las bock alemanas, las dubbel y tripel. Dicho de otro modo, así son las copas de las mayorías de marcas de cervezas belgas —con mayor o menos dosis de fantasía en el diseño según la firma—, esas que no te da tiempo a catar en tu viaje a Bruselas y Flandes de todas las que hay. El objetivo es que la cerveza se oxigene, que la espuma se acumule solo en el borde para después posarse. Son cervezas que no se deben beber nada más servirse, como solemos hacer en España cuando decimos eso de “una cerveza bien fresquita, por favor”. 

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