Recetas sanas: la versión rápida del guiso de espinacas con garbanzos para hacer en 20 minutos

Si solo tienes 20 minutos para cocinar hoy, echa mano de tu despensa y del congelador para hacer esta versión exprés del guiso de espinacas con garbanzos
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A veces no tenemos más que 20 minutos para cocinar y queremos alimentarnos de forma saludable y nutritiva, además de rica, por supuesto. ¿Es compatible? Lo es. Solo tienes que tener a punto tu despensa para esos días de emergencia de los que puedes salir triunfando si preparas alguna receta sana y buena como esta versión rápida del guiso de espinacas con garbanzos.

La versión larga de este plato de espinacas con garbanzos implicaría preparar un caldo casero y dejar en remojo los garbanzos toda la noche, entre otros detalles. Pero puedes olvidarte de ambos pasos (o dejarlos hechos previamente) si tienes un buen caldo de verduras en la despensa y un bote de garbanzos.

A estos dos productos esenciales hay que añadirle unas espinacas, pero si crees que no vas a poder ir a hacer la compra, las puedes tener congeladas. Se venden así en muchos supermercados, incluido Mercadona, así que no te resultarán difíciles de encontrar. No te preocupes por la descongelación porque no te llevará tiempo extra de la receta; se descongelarán ya durante el proceso del cocinado.

Dos formas de hacer la receta

A grandes, tienes dos formas de preparar esta receta sana de espinacas con garbanzos que te proponemos en versión exprés: con caldo de verduras o preparando un majado previamente.

Si optar por la versión más sencilla, tira de caldo de verduras. Puedes seguir los pasos que te propone Foodtropia, un seguro de vida en lo que a recetario casero se refiere, en su versión del guiso de espinacas con garbanzos. La cocinera, para cuatro personas, utiliza los siguientes ingredientes: una cebolla cortada en dados, dos dientes de ajo cortados muy pequeñitos, 300 gramos de espinacas congeladas, un bote garbanzos, una lata de tomates enteros pelados, 400 ml de caldo de verduras, media cucharadita de pimentón dulce y media cucharadita de pimentón picante, aceite de oliva virgen extra, sal y pimienta.

Potaje de verduras

El primer paso del cocinado de la receta consiste en pochar la cebolla y el ajo con un poco de aove al que añades justo después las espinacas congeladas y tapas para que se cocine a fuego lento para que se vayan descongelando lento. Si fuera necesario, añade agua.

Después, añade los garbanzos cocidos y el pimentón. Añade el tomate y mezcla muy bien antes de verter el caldo de verduras, tapar y cocinar todo bien durante 5 o 10 minutos más. Ya está. En 20 minutos, tirando de despensa y congelador, tienes un guiso para acabar la barra de pan entera.

La segunda opción es muy similar a la de Foodtropia pero se hace un majado con unos ajos tostados en sartén, un par de rebanadas de pan también tostados por la misma vía. A este majado que puedes hacer rápido con la ayuda de la batidora le puedes dar un toque personal con especies como el comino o el pimentón, y también puedes poner un poquito de caldo de verduras en función de la textura que te guste.

El majado lo aprovecharás para ponerlo en la sartén o cacerola donde habrás tostado el pan y los ajos antes. Ahí mismo, pocha la cebolla, baja el fuego, añade pimentón y remueve para que no queme justo antes de añadir y cocinar las espinacas. Añade los garbanzos y el orégano y después de un par de minutos añade el majado también.

Si está seco, lo cual es posible, y más teniendo en cuenta que debes cocinar durante 10 minutos aproximadamente, añade caldo de verduras. Solamente eso, como puedes ver en esta versión de las espinacas con garbanzos de la cocinera vegana Gloria Carrión.

Una variante de esta receta sería añadir tomate triturado o entero y dejar que pierda su agua. La versión de Foodtropia lo lleva. Depende de tu gusto personal y del tiempo que tengas para cocinar, porque es añadir un paso más a la receta.

Además, al final del todo, en ambos casos puedes poner unos huevos y dejar que se cocinen con el calor acumulado, tapando bien la cacerola, durante uno o dos minutos antes de servir. De nuevo, es cuestión de gusto, tiempo… y de lo que tengas en la nevera. Cualquiera de las versiones está para chuparse los dedos. 

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