Formas originales de hacer una tortilla francesa
Receta clásica y sencilla donde las haya que además ofrece un sinfín de posibilidades. Te damos una pequeña lista de ideas en las que inspirarte.
Tú dirás que no hay forma de mirar con ilusión a una tortilla francesa, pero estás totalmente equivocada y es muy sencillo demostrar por qué. A lo mejor es algo más difícil con la sopita, lo reconocemos, pero no así si tienes un buen pescado entre manos y sobre todo unos huevos frescos. ¿Por qué? Porque no hay ingrediente más versátil y agradecido que los huevos.
Todo en la vida se puede ver con el vaso medio lleno o medio vacío. Esto es aplicable para las cosas más trascendentes, pero lo es de igual forma para las más banales. Piensa, por ejemplo, en esas recetas que, por lo que sea, te producen reticencias. Recetas clásicas, ojo, no estamos hablando de platos de vanguardia que te sean ajenos. Nos referimos a una sopa, un pescado a la plancha o una tortilla francesa, por ejemplo. A lo mejor tú en concreto los adoras, pero son muchas más personas las que salen tuercen el gesto cuando piensan en ellas como las únicas opciones que tienen para cenar ese día en el que tienen la nevera medio vacías.
Pues bien, llegado el caso en el que ya no hay marcha atrás, se puede mirar al caldo que hiciste hace varios días por aprovechar los restos de un día de batch cooking, el lomito de pescado recién descongelado o al par de huevos que tienes semiabandonados en el frigorífico de dos formas: con cara de bajonazo total o con cara de “te voy a sacar partido sea como sea”. Esto es, vaso medio vacío contra vaso medio lleno. Siempre que sea posible, como es este caso en concreto, elige la segunda.
Son como esas abuelas que están encantadas de recibir gente en casa. Siempre tienen las puertas para todo el mundo porque todo el que entra por ellas enriquece su vida también. Algo así ocurre con los huevos, y especialmente con la tortilla francesa, a la que le hacen un flaco favor las comparaciones con nuestra tortilla de patata y, en según qué sitios, también el apellido, por qué negarlo.
Por eso hemos decidido que ya está bien de infravalorar a la tortilla francesa. Sabemos que este es un barrizal del que puede que no salgamos, pero con mucho tiento y sin ánimo de ofender tanto al club de los ultras de la tortilla de patata como al de “lo que hacen los franceses está sobrevalorado”, vamos a darte cinco ideas rápidas -además de la de chorizo, que está muy vista- que demuestran que este plato puede ser el protagonista de una cena exprés deliciosa simplemente recurriendo a lo que tengas en la despensa.
Con un queso tipo tetilla y lacón
Como la idea es que aproveches lo que tengas, también puedes utilizar jamón york o pavo picado, aunque está más rica con lacón al corte. Fundamental, eso sí, que utilices un queso de estilo tetilla o Arzúa-Ulloa, con matices ácidos, lechosos y sobre todo que se funda bien al cocinar la tortilla.

Tortilla con hierbas
Como si pintaras un cuadro a lo Jackson Pollock. Dibuja tu composición abstracta sobre un lienzo hecho a base de huevo con las hierbas que tengas a mano o, en caso de tener varias, con aquellas que te gusten más. La albahaca, el cebollino, las hierbas provenzales incluso. Prueba hasta dar con tu mezcla favorita.
Es un clásico en algunos hogares pero desconocido en muchos otros. Cuanto mejor sea el atún en conserva -o bonito- que utilices, más rica estará la tortilla. Pícale para acompañar una pizca de tomate en dados que no siempre se hace en las tortillas de atún y es una forma de enriquecerla tan nutritiva como gustativamente.
Como el revuelto pero en tortilla. Se puede hacer de la misma forma y con una ventaja sobre el primero, que basta con utilizar una cantidad mucho menor de ambos ingredientes para que quede una tortilla sobresaliente.
Mejor si el hongo elegido es trufa fresca, pero somos conscientes de que su temporada es corta y su precio elevado, así que para hacer una tortilla francesa exquisita basta con utilizar el excedente de las setas de cultivo que tengas en la nevera. Evidentemente, si es temporada y son salvajes, mejor será el resultado. Ralla parmesano o algún queso potente que tengas a mano por encima.
Ahora la pelota está en tu tejado. Solo tienes que abrir tu mente para aceptar que la tortilla francesa no es solo una receta para las dietas blandas y dominar la técnica para cocinarla, algo que tiene mucha más intríngulis de lo que parece, así que hablaremos otro día de ello largo y tendido.