Quizá sí lo sabes, pero es bueno que alguien que no tiene la posibilidad de cocinar a leña o en horno de leña te recuerde el privilegio que es para que lo sigas valorando como se merece.
Hasta el ingrediente más humilde sabe distinto cuando los matices ahumados le impregnan, cuando el calor hace que haga distinto a cualquier otra forma de cocinado. Ni siquiera los hornos o las barbacoas eléctricas o de gas pueden presumir de dar ese sabor tan especial que aporta la leña.
Y si crees que estamos exagerando, prueba a cocinar sobre ella estos cinco platos tan diversos y compara con respecto a cuando los cocines por otras vías. Te podrán gustar más o menos, pero es innegable la personalidad que aporta a cualquier receta un horno de leña o simplemente cocinar sobre fuego de leña.
Pescados y mariscos a la leña
Tan fácil que hasta alguien que no sepa lo que es un horno podría hacerlo. Basta con elegir un producto de calidad y prepararlo igual que lo harías en el eléctrico. Lubina a la sal; dorado con una base de patatas, cebolla y tomate; o langosta simplemente abierta por la mitad y salpimentada e hidratada con aceite de oliva virgen extra son tres opciones perfectas.
Como se hacía el arroz en Valencia en sus orígenes y como lo siguen haciendo en algunos buenísimos restaurantes de la ciudad del Turia en la actualidad. La paella a leña tiene un sabor único, de los que no se olvidan, pero es cierto que no es fácil darle el punto perfecto. En horno de leña también se pueden hacer distintos arroces que habitualmente se hagan en horno eléctrico. Una idea original: desmigar la ropa vieja del cocido, añadir arroz, el caldo del cocido y al horno.
Tiempo y paciencia, eso es lo que necesita cualquier asado para que la carne se deshaga al salir del horno. En la ribera del Duero puedes degustarlo y al mismo tiempo pedir consejo de cómo hacer el mejor asado de cordero, pero no le van a la zaga los de cochinillo o cabrito, por citar dos ejemplos distintos.
Una de las opciones ideales para comprobar el verdadero poder de la leña en la gastronomía son las alitas, posiblemente el ingrediente más demócratico que existe. Para hacerlas al estilo americano es clave que se caramelicen bien y para eso hay que marinarlas previamente en una salsa que esté para chuparse los dedos. Con cocinarlas después 10 minutos a 300º tendrás unas alitas de pollo de otro mundo.
Una buena masa de pizza es la primera clave diferencial entre una gran pizza y una que no lo es tanto, pero si a eso le añades una cocción en horno de leña, apaga y vámonos. No tiene nada que ver. Así que si enciendes el horno de leña, trabaja en la masa, escoge los ingredientes que os gusten más y para dentro. No puede faltar una pizza.
En caso de que estás cocinado sobre una hoguera y no en un horno como tal, también puedes rematar la comida con un té hecho sobre el fuego. Especias, leche, azúcar y el té que más te guste sobre un cazo apto para soportar el calor del fuego. No te arrepentirás.