Hace poco, en una conversación rutinaria con amigos, alguien soltó la bomba: “En mi casa solo se usa el horno como armario para guardar sartenes”. La cabeza de algunos de los presentes, entre los que me hallo, se quedó al borde de explotar. ¿Esto es posible? ¿10 años viviendo en la misma casa y no ha encendido el horno nunca?
La pregunta, lógicamente, llevaba a una investigación inmediata, aunque fuera de andar por casa. Basta con preguntar en el entorno cercano para darse cuenta de que quizá no haya casos tan exagerados, pero sí que es habitual que el horno se utilice entre poco y nada en más casas de las que al menos un servidor se podía imaginar.
Por mucho que le doy vueltas a la cabeza desde entonces, no me entra en la cabeza como se puede obviar el horno, el electrodoméstico que a más de uno nos salva la vida varias veces a la semana. Es verdad que no es totalmente cierto eso de que “las cosas se hacen solas en el horno”, pero desde luego, no hay método de cocina que se acerque más a dicha afirmación. Es meter y controlar temperatura y tiempo, nada más. Y nada menos, eso sí.
En los cocinados al horno es muy importante conocer el producto que se va a cocinar en él y permanecer atentos de las señales que puedes apreciar desde fuera. Que no se queme, que suba si es un dulce, etcétera. Es clave para ello hacer caso a los tiempos indicados en las recetas para las que se usa. No a rajatabla, porque cada horno es un mundo, pero sí de manera aproximada. Es la mejor pista para saber a partir de qué momento tienes que estar pendiente de verdad de lo que tienes en el horno. Si son 45 minutos, durante 35 o 40 podrás dejarlo sin más. ¿Cómo se puede decir que no a algo así?
Pues se ve que hay gente que lo hace, que prefiere usar el horno de armario de cocina. Así que, tras comprobar que no son animales en peligro de extinción los seres humanos que no cocinan con el horno, hemos decidido intentar poner nuestro granito para que, sin que sirva de precedente, sean cada vez las personas que no utilicen el horno en casa. Les estamos haciendo un favor porque es muy cómodo, la comida queda muy rica y, sobre todo, es una técnica de cocina saludable.
Y por si fueran pocos argumentos a favor de este electrodoméstico, se trata de uno de los más versátiles. Puedes cocinar un sinfín de recetas, algunas de ellas tan fáciles como estas 10 cenas que te recomendamos a continuación.
Pescado
En este tema te explicamos cuáles son las claves para que el pescado quede perfecto en el horno. Cuidado con el tamaño de las piezas y con la variedad que escojas, pero también hay otros pequeños factores que tienen su importancia en el resultado final.

Ensaladas de verduras asadas
Puedes aprovechar cuando enciendas el horno para asar verduras u hortalizas que luego serán claves en ensaladas originales y ricas. Dos de nuestras favoritas son la calabaza y los pimientos rojos, que además tienen la ventaja de que también son un acompañamiento perfecto de platos sencillos como unos simples filetes de pollo a la plancha o un pescado al vapor. No olvides asar los pimientos enteros, hasta que la piel se quede muy tostada.

Patatas asadas
Si el objetivo es tener una cena rica y fácil, ¿por qué rememorar aquellas patatas asadas que te llenaban el depósito de energía en las fiestas de tu localidad? Aprovecha para probar distintas combinaciones en función de tus gustos pero siempre con la misma base, la patata en el punto de horno perfecto.

Crema de verduras
Normalmente, las cremas se hacen en el fuego, donde una vez cocinados sus ingredientes, estos se trituran hasta dejar la textura ideal. Pero hay algunas recetas en las que solamente tendrás que picar los ingredientes, mezclarlos en una bandeja para el horno y, una vez se hagan, triturarlos. De calabaza, de zanahoria, de tomates... tienen tantos matices diferentes que no te las puedes perder.

Pastel de carne
Quizá sea una receta un poco contundente para una cena pero es difícil decirle que no a un buen pastel de carne inspirado en el recetario tradicional británico, que también contiene algunas alternativas muy destacables. Esta es una de ellas.

Pizza
La cena más fácil y rica del mundo. Bueno, con un matiz: la masa. Tendrás que trabajar un poquito hasta conseguir una versión que cumpla tus expectativas, pero siempre puedes comprar una ya hecha en el mercado y, entonces si, la única dificultad para hacerla será la de decantarse por un relleno u otro. Para no fallar con el horno, sigue las instrucciones del fabricante.

Pollo asado
Para que te vas a complicar más la vida si puedes asar unos cuartos traseros de pollo con un chorrito de zumo de limón, sal y hierbas aromáticas al gusto. Cueces un poco de arroz blanco o cuscús, picas un tomate aliñado al medio y tienes una cena riquísima.

Quiche
Hay muchísimas versiones de este plato que es realmente fácil de hacer porque solo tendrás que preocuparte de seguir los pasos y cantidades exactos de la receta que escojas y preparar de la manera que esta indique un molde donde verterla. Una opción muy interesante es prepararla con calabacín y champiñones, pero puedes optar por otras mezclas muy variopintas.

Garbanzos
Igual que habrás salteado unos garbanzos en sartén con especies y cebolla para utilizarlos como acompañamiento, en el horno puedes preparar unos garbanzos horneados al estilo griego de chuparse los dedos. El concepto de la receta es el mismo: se mezclan con cebolla y hierbas aromáticas, pero quedan con una textura distinta y, sobre todo, son más saludables.

Gratinado de verduras
Berenjenas o calabacines que vacías y cuyo contenido mezclas, bien picado, con otros ingredientes al gusto como cebolla, salsa de tomate y carne picada antes de devolverlo a su lugar de origen y hornearlo todo con un poco de queso por encima. Receta fácil y resultona que en el horno recibe el toque definitivo.
