El café ocupa la segunda posición en las bebidas más consumidas del mundo, únicamente superado por el agua. Diversos estudios han demostrado que una taza de café a diario tiene muchos beneficios positivos para la salud, especialmente si apuestas por el café solo y sin azúcar. Cuando las temperaturas suben, lo que menos nos apetece es bebernos una taza de café caliente, por lo que su versión en frío se convierte en la alternativa más interesante para seguir aprovechando sus propiedades sin morirnos de calor.

Si te encanta el café y además amas las bebidas frías, seguro que no hay nada que te guste más en esta época del año que disfrutar de un buen café frío en una terraza, en el desayuno, después de comer, a modo de merienda... ¡cualquier momento es bueno! El café frío se convierte en el sustituto del café caliente más refrescante, aunque lo cierto es que sus propiedades no son exactamente las mismas, y es que estas se ven modificadas ligeramente. Eso sí, te recomendamos que no optes por el café con hielo, pues diluye su sabor y potencia. Ahora bien, si te encanta tomarlo así, no te puedes perder esta ruta por los mejores 'iced latte' de Madrid.
A continuación, te contamos cuáles son las 5 propiedades principales del café frío:
Es menos ácido: el café frío es ligeramente menos ácido que el caliente, lo cual hace que sea un poquito más saludable. Al rebajar la acidez, es menos dañino para el esmalte dental y también para el estómago. Nos sentará mejor y, además, evitaremos quemarnos, por no hablar de que su sabor mejora. Debido a la reducción de la acidez, el café frío tiene un sabor más más dulce y suave.
Buena fuente de hidratación: en verano, el café frío se convierte en una de las mejores opciones para hidratarnos cuando hace mucho calor. Un estudio de la Universidad de Birmingham así lo avala, pues afirma que las propiedades hidratantes del café frío son muy similares a las del agua. Además, se puede beber al instante, sin tener que esperar a que se enfríe. ¡Todo ventajas!
Perfecto para consumir antes del ejercicio: no solo porque ayuda a que tengamos más energía, sino también porque contribuye a la quema de calorías. Según un estudio de la Sociedad Fisiológica Americana, el café frío hace que quememos nueve calorías extra a la hora, facilita la ruptura de las moléculas de grasa y controla el hambre después del entrenamiento.
Se aprecian todos sus matices: permite apreciar aromas y sabores más intensamente. Por el contrario, al calentar el café, se pierden muchos de los matices de la semilla de café original.
Mejora el estado de ánimo: los bebedores diarios de café suelen mostrar mayor grado de felicidad y tienen menos problemas relacionados con la depresión. De hecho, tienen menos probabilidades de padecerla. Un beneficio que se incrementa en el caso del café frío, ya que nuestra mente lo asocia a los momentos de placer y relax.