Aunque se ha creído desde siempre que muchos remedios naturales son efectivos para tratar las afecciones oculares, conviene ser precavidos y hacer caso a las recomendaciones de los expertos.
Manzanilla
Por su contenido en camazuleno, una sustancia antiinflamatoria, se ha usado siempre para tratar la blefaroconjuntivitis, explica el doctor Miguel Martín Almendros, de INFITO.
LOS CONTRAS. Durante el proceso (hirviendo la rama, colando el líquido y mojando una gasa), “pueden quedar restos de la planta y producir todavía más irritación y conjuntivitis al contactar con los ojos”. Además, según María Rolindes Montes, de la Clínica Baviera, produce mucha sequedad (agravando el problema) y no está recomendado su uso a los alérgicos al polen.
FUNCIONAN. Hay a la venta, no obstante, colirios con extracto de hammamelis, manzanilla o eufrasia, ya preparados para evitar los riesgos de la preparación casera.
“Es cierto que puede calmar la conjuntivitis y la blefaritis, pues tiene sustancias que le confieren efecto astringente, antiinflamatorio y descongestionante”, asegura Martín Almendros. Se pueden empapar compresas con su infusión para usar por fuera, también ante orzuelos o enrojecimiento de los ojos.
UNA CONTRAINDICACIÓN. Según la oftalmóloga, no deben utilizarla los pacientes con glaucoma.
Semillas de hinojo
La infusión de semillas de hinojo (media cucharada) se emplea contra la conjuntivitis o blefaroconjuntivitis (cuando esta se acompaña de inflamación en los párpados). El procedimiento es el siguiente: tras colar y dejar enfriar la infusión, se deja cada ojo en contacto con el líquido durante un minuto, con la ayuda de dos bañeras oculares. Para la experta, “este sistema es totalmente contraproducente”, pues si se trata de una conjuntivitis bacteriana y dejamos el ojo en el mismo líquido un minuto, “estamos contaminándonos a nosotros mismos”. Aplicada externamente, esta infusión puede resultar antiinflamatoria, “pero no tan potente como el aloe vera o la caléndula”, dice Martín.
Patata y pepino
La patata y el pepino, especialmente este último, “mantienen muy bien el frío por su alto contenido en agua”, apunta el doctor. Por eso se han utilizado tradicionalmente para desinflamar y relajar unos párpados hinchados o sencillamente cansados, con ojeras o bolsas, admiten ambos expertos.
EL PROBLEMA ES QUE... Por mucho que los cierres, el zumo del pepino puede penetrar en los ojos y, si pasa eso, “pica muchísimo” pues tiene sustancias irritantes, dice Rolindes, y más aún si entra con algún resto orgánico. Si te ocurre esto, debes lavártelos con abundante agua fría o con suero fisiológico.
Equinácea y árnica
Ambas plantas tienen un efecto cicatrizante, suavizante, antiséptico y antiinflamatorio; por lo tanto, pueden usarse externamente para tratar orzuelos o para aliviar los párpados hinchados e hidratar la fina piel del contorno de los ojos.
FRÍO Y CALOR. En general, según dice Miguel Martín, “toda aplicación de frío sobre un orzuelo baja la inflamación y reduce la molestia”. Pero el calor también es efectivo para desobstruir la glándula sebácea: si te aplicas una compresa 10 minutos dos veces al día y mejorarás el problema. Pero el mejor remedio, según el experto, es una pomada a base de equinácea y árnica.