Molesto e incluso a veces doloroso, el hipo aparece de vez en cuando sin aviso y a veces es difícil de curar. Sigue alguno de estos trucos y te lo quitarás de encima.
El hipo es un movimiento espasmódico del diafragma, involuntario, que hace que la epiglotis se cierre. La contracción repentina y brusca del diafragma hace que el aire entre a mucha velocidad al mismo tiempo que se cierra la glotis, provocando que las cuerdas vocales se cierren y provoquen ese ruido característico. Muchas veces cuesta un rato que se quite y cuanto más lo intentamos más agudo es.
Hay algunos recursos que puedes probar para evitar este molesto trastorno:
- Toma una cucharada de azúcar o un poco de miel y bebe inmediatamente un vaso de agua.
- Contén la respiración y bebe 9 sorbos de agua.
- Llena un vaso de agua y bebe por el lado que queda más alejado de tus labios, por el opuesto a ti. Llega hasta el final conteniendo la respiración.
- Tápate los oídos y bebe agua con pajita.
- Toma una cucharada de vinagre blanco.
- Apoya un vaso con agua en una silla, siéntate en otra, inclínate y bebe todo el contenido sin tocarlo con las manos.
- Muerde una rodaja de limón y chupa el jugo. El ácido del limón provoca una reacción que te ayudará a que el hipo se pase.
- Simula la respiración. Inhala profundamente y contén la respiración, tapa la nariz y la boca y mueve el diafragma como si estuvieras respirando de verdad.
- Traga aire hasta que consigas eructar.
- Bebe un sorbo de agua pero no lo tragues. A continuación tira hacia abajo de ambos lóbulos e inclina la cabeza hacia atrás. Entonces traga el agua.
- Muerde un lápiz colocándolo de manera horizontal entre los dientes. Entonces bebe un vaso de agua con el lápiz en la boca.
- Respirar dentro de una bolsa de papel: hazlo de manera lenta y profunda.
Prueba alguno de estos métodos pero si el hipo es prolongado o se repite demasiado a menudo acude a tu médico.