¿Alguna vez te ha salido por la culata una taza de café? Te despierta de golpe, pero luego te da sueño. Parece una contradicción, pero esto tiene una explicación.
Según ‘The New York Times’, este efecto del café se debe a lo que los investigadores llaman “presión del sueño”. Desde el momento en que nos despertamos, esta presión nos impulsa a volver a dormirnos a lo largo del día.
A medida que va avanzando la jornada, nuestro cuerpo quema energía en forma de una molécula llamada ATP, trifosfato de adenosina. Después nuestras células generan un subproducto llamado adenosina, que nos hace sentir somnolientos. La cafeína es muy similar a la adenosina a nivel químico, y aunque nada más tomar una taza de café podemos obtener una rápida sacudida de energía, después nuestra adenosina continúa acumulándose y tendrás que devolverla.
La cafeína es una sustancia que contienen algunas plantas, aunque también se puede fabricar de forma sintética en un laboratorio. Esto último se hace para incorporar esta cafeína a otros alimentos, bebidas y medicamentos. Los analgésicos, por ejemplo, pueden llevar en ocasiones cafeína para combatir el catarro. En el caso de las bebidas energéticas, la cafeína suele ser uno de los componentes básicos con el objetivo de aportarnos "mayor energía”.
No obstante, se trata de un estimulante que activa el sistema nervioso central, por lo que hay que ser consciente de sus efectos y tomarla con cierta moderación. Por otro lado, también es un diurético, ya que favorece la eliminación de líquidos de nuestro organismo. Cuando la cafeína se absorbe, va directamente al cerebro. Por ello, no llega a acumularse en el organismo ni en el torrente sanguíneo. Además, se suele eliminar por la orina después de unas horas de haber sido consumida.
Tienes que tener claro, que tomar café no va a recuperarte del cansancio, te va a dar una activación puntual. En el momento en el que la cafeína en sangre se reduzca, el cansancio volverá (puede que incluso con más fuerza, debido a la agitación previa). Aunque el café sea una opción de bebida (que, en función del caso, puede ser recomendable), el mejor remedio para el cansancio y reponer energía es dormir. El café bloquea los receptores de adenosina, sus efectos son opuestos. La cafeína no va directamente al cerebro, pasa por el torrente sanguíneo. La dosis recomendada al día depende de cada caso en concreto. Tiene un efecto diurético leve, pero no provoca deshidratación significativa en personas sanas.
Sus valores nutricionales son ínfimos, por lo que es totalmente evitable y no es necesaria en una alimentación variada y equilibrada. Por otro lado, esta sustancia tiene efectos secundarios en nuestro cuerpo, puesto que estimula el sistema nervioso y nuestro cerebro. Si has consumido alcohol, la cafeína no tendrá efecto para reducir sus efectos.
La dosis habitual recomendada es de menos de 400 mg al día, por lo que si te excedes puede ocasionar problemas en tu salud. Algunos de los efectos más habituales que puede tener la cafeína en nuestro organismo son el insomnio, mareos, dolores de cabeza, temblores, inquietud, ritmo cardiaco anormal, dependencia y ansiedad. La cafeína también puede provocar deshidratación y un aumento del azúcar en sangre, lo que puede causarte cansancio. Si bien esto es así, sus efectos en el organismo dependerán de cada persona.
“Si duermes menos y estás estresado, y dependes de la cafeína para mejorar esta situación, es simplemente una tormenta perfecta para una solución a corto plazo que empeorará las cosas a largo plazo” Dr Stein, vía ‘The New York Times’.
¿La solución? Tratar de moderar la ingesta de café, en la medida de lo posible.