Virgen de la Cinta: Una joya barroca en la Catedral de Huelva

La Virgen de la Cinta brilla como un ejemplo sublime del arte barroco, inmortalizando la devoción y la tradición en una escultura creada por el maestro Juan Martínez Montañés
La Virgen de la Cinta en el arte barroco

En la Catedral de Huelva, la Virgen de la Cinta resplandece como una joya del arte barroco andaluz, ofreciendo un testimonio palpable de la fe y la devoción que han perdurado a lo largo de los siglos. Esta escultura, que captura la serenidad y ternura de la Virgen María, destaca no solo por su belleza, sino por la exquisita maestría de Montañés en la policromía y el detallado trabajo con el que hizo los ropajes y sus manos.

Una obra maestra del barroco

La Virgen de la Cinta, una pieza sublime creada por el renombrado escultor Juan Martínez Montañés en 1616, es un ejemplo destacado del arte barroco en Andalucía. La escultura, que representa a la Virgen María sosteniendo al Niño Jesús en brazos, destaca por su belleza y la expresión serena de María. El rostro de la Virgen, de una ternura conmovedora, junto con la delicadeza de sus ropajes y los finos detalles de las manos, refleja la maestría de Montañés en la policromía y la escultura. La Virgen de la Cinta no solo es una obra de arte, sino un símbolo profundo de la fe para la comunidad de Huelva.

La leyenda de la Virgen de la Cinta

La historia detrás de esta venerada imagen está envuelta en una interesante leyenda. Se cuenta que un zapatero llamado Juan Antonio, mientras viajaba a Gibraleón, sufrió un dolor intenso. Al invocar a la Virgen, encontró una cinta que se ató a su cintura y experimentó una curación milagrosa. En señal de agradecimiento, Juan Antonio construyó una ermita en la que pintó una imagen de la Virgen en estilo tardo-gótico. Esta pintura inspiró la escultura encargada posteriormente por el XVIII Duque de Medina Sidonia, la cual se convirtió en la pieza que hoy adorna la catedral y que destaca por su belleza y expresividad.

Un legado de fe y devoción

A lo largo de los siglos, la devoción a la Virgen de la Cinta ha perdurado como un vínculo entre el pasado y el presente, ofreciendo consuelo y esperanza a los fieles. La escultura continúa siendo un importante centro de inspiración, reflejando la profunda conexión entre la tradición y la espiritualidad en Huelva.

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