Las croquetas, con su deliciosa combinación de sabores y texturas, son un clásico de la cocina que siempre nos reconforta, ¿y si te dijera que es posible disfrutar de estas delicias crujientes de una manera más saludable?
En este artículo, exploraremos una variedad de consejos y trucos para hacer unas croquetas más saludables sin sacrificar el sabor ni la satisfacción. Desde ingredientes nutritivos hasta técnicas de cocción inteligentes, descubriremos cómo transformar este clásico plato en una opción más equilibrada que se adapte a tu estilo de vida saludable.
Aceite
Lo mejor es utilizar aceite de oliva para freír las croquetas y no es necesario que “naden” en aceite. Un error muy cometido es echar las croquetas antes de que el aceite esté bien caliente, lo que hace que la croqueta absorba más cantidad de aceite, añadiendo calorías y grasa al alimento.

Pan rallado y harina
Podemos elegir pan rallado y harina integrales: tendrán más fibra y nos saciarán durante más tiempo. O podemos utilizar maíz, que muchas veces es más digestivo.

Relleno
El relleno es clave: podemos cambiar el jamón o la carne picada, por verduras. Se pueden hacer croquetas de casi todo: de champiñones, de coliflor, espinacas, puerros, calabaza, berenjena, pimiento… Además, podemos hacer la bechamel más ligera, con menor cantidad de harina y aceite.

Al horno
¿Quién dice que las croquetas solo pueden hacerse en la freidora o en la sartén? Si quieres hacer unas croquetas mucho más saludables, puedes prepararlas al horno. Basta con untar un poquito de aceite en la bandeja del horno y colocarlas encima. Cuando estén doradas por un lado, damos la vuelta y dejamos que se doren por el otro. Después las sacamos y… ¡listas!

Acompañamiento ligero
Croquetas, rabas, calmares, patatas fritas… ¡a la rica fritanga! Puedes acompañar las croquetas con otros alimentos como ensalada o verduras.
