La salsa de soja se caracteriza por tener un sabor fuerte y, por lo general, muy salado; al igual que ocurre con la salsa tamari. Ambas se convierten en un ingrediente clave en la cocina asiática, de donde, de hecho, provienen. Además, existen muchas variedades en función del país donde sea usado.
Como veremos, la salsa de soja tiende a ser una salsa que se elabora con soja y trigo. Y, debido a su sabor salado, puede convertirse en una opción muy interesante a la hora de reemplazar la sal en las recetas.
La salsa de soja se produce mediante la fermentación de proteínas vegetales, su color varía ligeramente de claro a oscuro y, por lo general, tiende a presentar una textura bastante ligera, y suele ser fácilmente digerible.
No obstante, ¿sabías que también existen versiones dulces? Esta última opción suele ser común usada en la elaboración de distintos postres tanto en China como en Japón, aunque también puede ser utilizado en la cocina para la preparación de platos salados (con la finalidad de proporcionar un toque dulce que combine a la perfección).
Sin embargo, cuando nos encontramos con la salsa tamari, pocas personas saben que, mientras que la salsa de soja proviene de China, donde se preservaban los cereales con sal, la salsa de tamari proviene de Japón. Es más, la salsa de soja no llegó originalmente a este país hasta el siglo XVII.
¿Qué es la salsa de soja?
La salsa de soja consiste en un condimento que se originó en China hacia el final de la dinastía Zhou, para, muchos siglos después, extenderse a muchos otros países de Asia. Consiste en una salsa muy salada que, a menudo, es utilizada como sustituto de la sal en la cocina asiática, a la vez que proporciona un sabor muy característico.
Se produce de forma tradicional fermentando la soja con el trigo. La sal se convierte en un ingrediente esencial durante el proceso de fermentación. Además, también juega un papel importante como conservante, motivo por el cual la mayoría de las salsas de soja no necesitan refrigerarse (aunque es cierto que mantendrán todos sus sabores si la conservamos en nevera durante más tiempo).
Hoy en día es posible encontrar salsas de soja con bajo contenido en sal, en cuyo caso este ingrediente ha sido eliminado después de la fermentación.

¿Y la salsa tamari?
Como ocurre con la salsa de soja tradicional, la salsa tamari se origina a partir de la fermentación —prolongada— de las semillas de soja. Sin embargo, a diferencia de esta, la salsa tamari no contiene trigo, motivo por el cual tiende a convertirse en una opción muy interesante para intolerantes al gluten.
Esto significa que es un condimento de soja puramente fermentada, y cien por cien libre de gluten. De hecho, al no incluirse trigo durante el proceso de fermentación lo más común es que la salsa tamari tenga un sabor ligeramente más dulce.

El gran valor nutricional de la salsa de soja y la salsa tamari
Si bien es cierto que la salsa tamari, al igual que la de soja, pueden reemplazar fácilmente a la sal, debemos tener especial cuidado de no exagerar, dado que contienen cantidades bastantes significativas de sodio.
Por suerte, hoy en día es fácil encontrar en los supermercados (y mercados chinos o japoneses) salsas tamari y de soja con un contenido reducido en sal, lo cual es una opción aún más interesante si cabe para la salud.
También es posible elegir una salsa de soja o tamari tradicional, la cual es rica en probióticos, útiles para fortalecer la flora intestinal y facilitar la digestión.

Cómo podemos usarlas en la cocina
Debemos recordar que ambas salsas son ideales para potenciar el sabor de la receta original, motivo por el cual es de vital importancia usarlas con precaución y en cantidades muy pequeñas, ya que podemos correr el riesgo de estropear la elaboración en cuestión de segundos si la usamos en exceso.
Por ejemplo, se suele convertir en una opción ideal para remojar el sushi o las bolitas de arroz, pero solo una mínima cantidad.
También es posible usarla para intensificar el sabor de caldos de pasta, sopas, verduras salteadas, guisos o incluso como aderezo para ensaladas. Incluso es deliciosa como adobo o en platos de wok.

Qué opción comprar
Lo preferible es comprar la salsa de soja correspondiente a los países cuyas recetas vayamos a cocinar. Y es que esta se convierte en la única solución a la hora de encontrar el verdadero sabor para hacer los platos más auténticos.
No obstante, si elaboras muchas recetas de distintos países, y no deseas tener toneladas de diferentes opciones de salsas en la despensa, bastará con la salsa de soja tradicional, que se convierte en una de las más versátiles.
