El síndrome del cuidador quemado: un estado anímico cada vez más diagnosticado

El agotamiento emocional de los cuidadores explicado por un psicólogo. 
Thirdman

La Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG), junto a la Fundación Envejecimiento y Salud, estima que, en nuestro país, hay más de dos millones de personas que son dependientes, es decir, que requieren la atención de un cuidador para cubrir sus necesidades básicas.

El cuidador es totalmente responsable de la otra persona (que se tome las medicinas, que esté limpio, que se sienta bien, que acuda a sus revisiones...).

Otra cifra importante es que el 80 % de las personas que se encargan de estos dependientes no son profesionales. Según el 'Estudio de investigación sociosanitaria sobre cuidadores de personas mayores dependientes'", el 88 % de los cuidadores en España son mujeres de mediana edad. De este estudio, también se extrae que los problemas más frecuentes de estas mujeres están relacionados con la presión psicológica a la que están sometidas.

Cuidar a una persona (ya sea por su edad avanzada o por una enfermedad discapacitante) es un trabajo muy exigente. Todos somos capaces de reconocer la parte física, pero no tanto la parte psicológica. El cuidador se siente totalmente responsable de la otra persona (que se tome las medicinas, que esté limpio, que se sienta bien, que acuda a sus revisiones...). 

Tanta es la carga emocional que estas cuidadoras terminan olvidándose de ellas mismas y, lo que es peor, ponen en pausa su propia vida, lo que, a la larga, genera una gran frustración e impotencia al ver que han pasado los años y no han avanzado en su proyecto vital.

A pesar de que cada día son más los estudios que hay sobre esta situación, son pocas las personas que intentan ponerle solución y uno de los principales motivos es que el propio cuidador está tan inmerso en su rol que se olvida o no se permite el autocuidado.

Así pues, en las consultas, cada día es más habitual el diagnóstico del síndrome de sobrecarga del cuidador o síndrome del cuidador quemado.

Llegar al límite

El psicólogo Javier Álvarez define a los pacientes con este síndrome como “personas que, debido a un estrés continuado en el tiempo, padecen alteraciones en su estado cognitivo, físico y, sobre todo, emocional”. Asimismo, destaca que esto es más acentuado “cuando el que cuida es el propio familiar.

El desgaste cognitivo, físico y emocional es muy alto. Se genera gran cantidad de culpa, de no ser suficiente lo que se está haciendo, cayendo en que el cuidador no consigue o no se permite encontrar ni el tiempo ni la manera de cuidarse a él mismo, teniendo la sensación de ser imprescindible. 

El 80 % de las personas que se encargan de estos dependientes no son profesionales - Pexels

Todo ello provoca un nivel de estrés altísimo que conlleva consecuencias físicas, anímicas y mentales y da lugar a lo que conocemos como síndrome del cuidador quemado.

Para saber identificar y confirmar que se sufre este síndrome, el psicólogo avisa que “lo importante es la intensidad. Cuando percibamos nivel de tristeza, ansiedad, aislamiento social, culpa, irascibilidad, nerviosismo, insomnio, irritabilidad, cansancio, aislamiento, sensación de soledad, pérdida o aumento de apetito, llanto, abuso de alcohol o de fármacos...”.

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