¿En qué se diferencian picotas y cerezas?

Respondemos a la pregunta que seguramente te hayas hecho muchas veces con respecto a estas deliciosas frutas de temporada.
Cerezas

Estamos en plena temporada de cerezas. Esta deliciosa fruta con propiedades antioxidantes es a menudo confundida con la picota, una especie de cereza que tiene su origen en el Valle del Jerte (Extremadura). Todas las picotas son cerezas, pero no todas las cerezas son picotas. ¿Sabrías diferenciarlas? Te contamos en qué tienes que fijarte.

La picota es una variedad de cereza con una calidad superior y, por lo tanto, más cara. Se suelen originar en el Valle del Jerte, y son tan auténticas que incluso tienen Denominación de Origen Protegida. Su maduración es algo más tardía que la cereza, por lo que su temporada abarca desde finales de junio o principios de julio hasta mediados de agosto aproximadamente.

Existen diferentes variedades de este fruto rojo, siendo la de Pico Negro y la de Ambrunés las más valoradas, aunque también encontramos las de Pico Limón y Pico Colorado, amparadas también por la Denominación de Origen Protegida. Una de las claves que permite diferenciar picotas y cerezas (además del aspecto físico, como veremos más adelante) es su sabor, que en el caso de la picota, es mucho más dulce. Pero no es lo único. Esto es lo que tienes que tener en cuenta para diferenciar picotas y cerezas. ¡Que no te engañen!

El pedúnculo (rabito)

Es una de las diferencias más evidentes. Mientras que las cerezas se recogen con el rabito, la picota no lo tiene porque se queda en el árbol durante la recolección. Como la picota tiene un precio más elevado, muchos tratan de hacer pasar las cerezas por picotas cortándoles este rabito.

Ahora bien, hay una manera de saber si ha sido eliminado de manera natural o no. Normalmente, las picotas se recogen cuando están a punto de caer del árbol de manera natural, es decir, cuando este pedúnculo ya casi se ha caído. Cuando esto sucede, el hueco donde solía estar este rabito se ve perfectamente cicatrizado. Sin embargo, si a una cereza le arrancas el pedúnculo, aparecerá una pequeña rajita por la que perderá humedad.

Una de las mejores maneras de saber si estamos ante una cereza o una picota es fijarnos en el color. Mientras que las picotas tienen un color rojo muy oscuro (casi negro incluso), las cerezas son de un rojo mucho más vivo. Además de la tonalidad, un buen modo de diferenciar picota y cereza es el tamaño, siendo la primera un poquito más grande.

Las picotas son firmes y tersas, con la carne más dura, y la piel más crujiente cuando las mordemos. Por el contrario, las cerezas comunes son más blanditas. Si al ir a probar tu picota notas que es muy blanda y sin apenas sabor, lo más probable es que hayan hecho pasar a las cerezas de menor tamaño por picotas, pues las segundas son más caras.

Aunque depende del grado de maduración de la fruta, el sabor de las picotas es mucho más intenso y dulce que el de las cerezas comunes, siendo estas últimas más ácidas.

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  • Inés de la Fuente
  • Laura Villanueva