No creas que la agenda está solo indicada para la época escolar, para que los niños apunten sus exámenes y anoten los deberes. Seguro que ahora, en tu trabajo, te vendría bien tener una e ir apuntando las citas y los plazos que tienes para entregar cada trabajo. Además escribiéndolas las recordarás mejor y las tendrás siempre presente. La elección entre la de papel o la digital es una opción muy personal pero si te decides por la clásica descubrirás grandes ventajas.
1. Elegir el modelo que te guste. Todos los años inundan el mercado miles de agendas preciosas que te atraen por su portada. Es siempre un placer seleccionar aquella que te llame la atención por su diseño, porque llevarla en tu bolso e ir apuntando las citas siempre te supondrá un momento placentero. Además piensa en cómo está distribuida: reflexiona si es mejor que tenga más espacio por día, para apuntar visitas con clientes, citas o temas, o es mejor que tenga más espacio al final de cada mes. Tiene que gustarte y resultarte práctica.
2. Comprar tu agenda puede ser un acto solidario. ¿Sabes que cada navidad muchas ONG's lanzan sus agendas solidarias? Piensa que además de estar comprando un producto útil para ti ayudas a una buena causa.
3. Con la agenda de papel tienes todo programado y a la vista. Puedes tenerla abierta sobre tu mesa de trabajo y de un vistazo sabes cómo tienes el día, lo que hay que hacer minuto a minuto. Tachar, reorganizar y apuntar nombres y direcciones en un minuto.
4. El calendario anual te sirve para planificar tu trabajo a gran escala y es una herramienta muy útil tanto profesional como personalmente.
5. La agenda también te sirve para apuntar frases, pensamientos e ideas que surgen al momento. Esas ideas se pueden convertir en un futuro proyecto.
6. Muchas agendas incluyen cada día citas o imágenes que te pueden servir de inspiración.
7. Quizás una agenda sea la única oportunidad que tienes de escribir en todo el día. ¿A que quizás no escribes a mano nada más en toda la jornada? Aquí tienes la oportunidad de practicar una buena caligrafía.
8. La agenda suple a esa montaña de notas y papelitos. Muchas veces te comentan algo, te llaman, te cambian un dato y lo apuntas en una nota adhesiva. Si lo anotas en la agenda evitas que las notas acaben perdidas por tu escritorio. La anotación siempre estará localizable y no te preguntarás: ¿Dónde lo anoté?
9. Agenda laboral y personal todo en uno. El hecho de poder apuntar en un mismo cuaderno las obligaciones laborales y las personales te permite acoplar ambos ámbitos. Así no te encontrarás con que tienes que anular algo porque tienes cita con el médico o con que la reunión en el cole de tus hijos coincide con la entrega de un proyecto.
De todas formas una agenda de papel nunca está reñida con la digital. Ambas pueden complementarse y serte muy útiles. Modernidad y clasicismo pueden convivir perfectamente.