Esta ciudad de Francia (Patrimonio de la Humanidad) es cuna de la nouvelle cuisine, capital de la seda y además es una de las sedes de la próxima Eurocopa.
Te sorprenderá y cautivará a partes iguales.
1 El Vieux (viejo) Lyon
El casco antiguo es una prueba del esplendor que vivió esta ciudad francesa del Medievo al Renacimiento (siglos XV al XVII). Su legado histórico y artístico es indiscutible; de hecho, es la segunda ciudad renacentista europea más grande tras Venecia.
El viejo Lyon se encuentra entre el río Saona y la colina de Fourvière. Hay muchas iglesias que visitar en este barrio, entre ellas la catedral de Saint-Jean. Si quieres ver el espectáculo de su reloj astronómico (un ángel dando la vuelta a un reloj de arena, un gallo que canta tres veces y el baile de los tres anillos musicales), acércate cualquier día a las 12, 14, 15 o 16 h.
El nombre viene del latín trans-ambulare, que significa “pasar por”. Ir descubriendo estos curiosísimos pasadizos que conectan calles y patios a modo de atajo es todo un deporte en la que fue la capital de la Galia durante el Imperio Romano, porque hay más de 400.
Uno de los más bonitos es el de la Tour Rose, en el Vieux Lyon; también merece la pena ver el de Cour des Voraces (son unas escaleras), en el barrio de la Croix Rousse. Hicieron buen uso de estos callejones los obreros textiles (conocidos como canuts) que se rebelaron contra las condiciones laborales en el siglo XIX, así como los miembros de la Resistencia francesa durante la Segunda Guerra Mundial.

Lyon es la patria de Paul Bocuse, el padre de la nouvelle cuisine. Acudir al L’Auberge du Pont de Collonges, su lujoso restaurante de 3 estrellas Michelin, es toda una experiencia culinaria aunque no apta para todos los bolsillos: su menú está entre 165 y 255 €.
Para presupuestos más modestos están los bouchon, pequeños bistrós o casas de comida en los que se sirven platos de la cocina tradicional de Lyon, como la sopa de cebolla, los grattons (una especie de cortezas), la andouillette (salchicha hecha con tripas de cerdo) o la salsa lionesa (hecha con cebollas, mantequilla y vino blanco).
Algunos bouchons interesantes: Chez Georges (Rue du Garet, 8), Lyonnais Chez Paul (Rue Major Martin, 11), Le Musée (Rue des Forces, 2) o Chez Hugon (Rue Pizay, 12). Los amantes del vino tendrán en Lyon diferentes denominaciones que probar: Côte-Rôtie, Condrieu, Côtes-du-Rhône Beaujolais...
No nos podemos olvidar de esta delicia. Lyon es famosa por su producción, y es que en 1900 había en la ciudad nada menos que 300 confiterías que fabricaban chocolate a partir del grano del cacao.
Pocas han llegado hasta hoy, pero hay una que merece la pena conocer. Se trata de la chocolatería Richart, con tres locales: Rue du Plat, 1, Cours Franklin Roosevelt, 35, y Cours Lafayette, 102. Para muchos, hace el mejor chocolate del mundo.
Además de ser un lugar para contemplar la mejor panorámica de Lyon, hay que subir hasta aquí para ver los restos de la ciudad romana (Lugdunum), sobre todo su teatro y anfiteatro. Precisamente, cada verano se celebra en este espacio Les Nuits de Fourvière, un festival de música, cine y teatro.
Para subir a la colina se puede coger el funicular que está detrás de la catedral de St.-Jean, frente a la avenida Adolphe-Max y el Pont Bonaparte. En lo alto de la colina está la basílica Notre-Dame de Fourvière, Patrimonio Mundial de la Humanidad por la Unesco. Aunque parezca antigua (es de estilo bizantino), en realidad fue levantada en el siglo XIX.

Es el corazón de la ciudad, rodeado por los ríos Ródano y Saona. Es una de las zonas más turísticas de la urbe. Aquí están el ayuntamiento, bellas plazas como la de Bellecour (en cuyo centro hay una enorme noria y una estatua del gran escritor lionés Saint-Exupéry, autor de El Principito) y el edificio de la Ópera.
La isla también es ideal para ir de compras: en la Rue de la République encontrarás todas las marcas internacionales y en el Carré d’Or las tiendas de lujo.
Es otra de las colinas de Lyon. En ella se levantaron las antiguas fábricas de seda (Lyon fue la capital de este tejido desde el siglo XVI). Hoy esos antiguos talleres se han transformado en maravillosas viviendas de techos altos tras una enorme labor de remodelación.
En este barrio se encuentra el Museo de Tejidos y Artes Decorativos, que ocupa un precioso palacete del siglo XVIII y en el que se expone la colección de telas más importante del mundo.
Cómo llegar
EasyJet tiene vuelos directos a Lyon desde Madrid y Barcelona a partir de 48 € i/v. Para ir desde el aeropuerto internacional Lyon-Saint-Exupéry hasta el centro (a 25 km), lo mejor es tomar el tranvía Rhônexpress, que pasa cada 15 minutos.
Lyon City Card
Esta tarjeta incluye transporte por la ciudad y la entrada a la mayoría de museos. Cuesta 22 € por un día y 28,80 € por dos.
Dónde dormir
Collège Hôtel. Está en el casco antiguo, cerca del Museo de Bellas Artes y la catedral de St.-Jean. Doble, desde 95 € / noche. Reserva en Hoteles.com.
Quality Suites Lyon Confluence. Funcional, a 10 minutos del centro. Doble, desde 72 € / noche. Reserva en Expedia.es.
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