El roti canai es un tipo de pan muy común en Malasia y en Singapur, un pan plano, que debe quedar esponjoso por dentro y crujiente por fuera. Puede llevar relleno dulce o salado.
Este singular alimento se suele vender en puestecillos callejeros y es todo un espectáculo ver cómo voltean la masa. Una de las características del roti canai y sus derivados es que puede comerse con las manos, sin la ayuda de cubiertos. Esto lo convierte en un plato muy práctico.
El plato consiste en masa hecha con grandes cantidades de grasa, huevo, harina y agua (aunque existen versiones veganas sin huevo). El tipo de grasa empleado suele ser gui (mantequilla clarificada). Alguna gente añade leche condensada endulzada a la mezcla. La masa se trabaja a conciencia, se aplana, se aceita y se dobla repetidas veces. Entonces se deja reposar y subir, y se repite el proceso. La última ronda de preparación consiste en estirar la bola de masa, cubrirla con aceite y entonces cocinarla en una sartén de hierro con mucho aceite. El roti ideal es plano, esponjoso por dentro pero crujiente y quebradizo por fuera.
Hay dos formas de hacer roti canai: girar la masa hasta que toma la forma de una lámina muy fina, doblándola entonces para obtener un círculo; o estirar la masa tanto como sea posible antes de doblarla. El primer método es más popular y rápido que el segundo.
La mayoría de los rotis son redondos, pero los que llevan relleno son cuadrados por la forma en que se doblan. Si el roti canai lleva relleno la masa se puede extender en forma cuadrada y doblar sobre el relleno. Puede ser salado y llevar cebolletas, sal, curry o huevo. Los roti canai dulces se pueden acompañar de miel, leche condensada o frutas como el plátano.