¿Conoces los diferentes tipos de té?

¿A ti también te encanta disfrutar de una taza de esta bebida? ¿Sabes qué diferencia hay entre los distintos tipos de té?
Té blanco

Para conocer el origen de esta popular infusión hay que viajar hasta China, donde hace más de 2.000 años se empezó a disfrutar de los diferentes sabores de las hojas del árbol del té, Camellia sinensis. A partir de ahí el té comenzó a expandirse por todos los rincones del mundo hasta convertirse en la popular bebida que conocemos hoy. ¿Sabías que cada día se toman aproximadamente 1.500 millones de vasos o tazas de té? Esto hace que, junto con el agua y el  café, sea una de las bebidas más consumidas.

Lo que quizás no todo el mundo sabe es que en función de la variedad que se elija, se estará tomando una bebida con más o menos teína, más o menos potente o con diferentes propiedades. Y es que hay grandes diferencias entre unos tés y otros, tanto en lo que tiene que ver con el sabor, como en lo relacionado con sus cualidades nutricionales.

¿Qué diferencias hay entre las distintas variedades de té?

Harold McGee en su libro La cocina y los alimentos habla de los diferentes tipos de té que más se consumen en el mundo. El experto explica que el té verde mantiene muchas de las cualidades de la hoja fresca, sin embargo los oolongs son tés con una infusión más anaranjada que surgieron en el siglo XVII y lo más probable es que fuese debido a al error de dejar marchitar las hojas más de la cuenta. Al probarlas se percataron de que las hojas de té desarrollan un aroma y un color distintos cuando se dejan secar o se prensan antes del secado.

Y ahí radican las principales diferencias entre variedades: el momento en que se recolecta la hoja (más o menos seca) y los distintos tratamientos a los que se somete. Esto es lo que le confiere su sabor característico y las diferentes propiedades organolépticas de cada variedad. ¿Sabes cuál es la mejor opción para tomar en el desayuno? ¿Y el que menos teína tiene? Te contamos en detalle todo lo que debes saber sobre el té blanco, el verde, el Oolong, el rojo y el negro. ¡Disfruta de una infusión deliciosa!

Té blanco

Se produce a partir de las yemas más tiernas de la planta, cuando aún conservan la pelusa que las recubre. En ese momento, se recogen las hojas, se marchitan naturalmente y se secan. Este tipo de té tiene un color blanco plateado. Es la variante más rica en antioxidantes y más baja en teína. Lo ideal es tomarlo solo.

Té verde

Para elaborarlo hay que someter a las hojas a un proceso de escaldado rápido, para evitar la acción de las enzimas que producirían la oxidación. En función de la manipulación podemos encontrar diferentes variedades de té verde: Natural leaf, hoja enrrollada, etc.Este tipo de té es el que conserva más vitaminas y propiedades de la planta, ya que no está oxidado y esto hace que apenas se produzcan cambios en su composición química. Esta variedad también tiene un bajo contenido en teína, por lo que es perfecto para tomarlo por la tarde o por la noche.

Té Oolong

Esta variedad está a medio camino entre el negro y el verde. Se somete a un proceso de oxidación parcial, utilizando los mismos pasos que para la obtención del té negro. El grado de oxidación de las hojas depende del lugar y el método de elaboración local.En este tipo de té se conservan las hojas enteras. Esto hace que sea muy digestivo y muy buena opción para tomar después de las comidas.

Té Rojo Pu Erh

El té rojo se elabora a partir de hojas y brotes de una planta de té que tiene mayor tamaño y crece en la provincia de Yunnan, hay dos tipos: el crudo (raw) y el cocido (ripe). La diferencia está en su proceso de elaboración.El cocido surgió como una forma de acelerar el proceso de fermentación del té y no tener que esperar un mínimo de 5 años para su venta. Se apila el té mojado durante 5 días en condiciones cálidas y húmedas, lo que produce una fermentación. Dicha fermentación da a esta variedad su sabor terroso y sus beneficios nutricionales.

Té negro

Gracias a su método de producción esta variedad de té no pierde su sabor a lo largo del tiempo. Las hojas pasan por un proceso completo de oxidación, de ahí el color negro que tiene el producto final. Una vez marchitadas, las hojas se enrollan para que pierdan el líquido celular, luego se pasa a la fase fermentación y se finaliza con el secado.El té negro tiene un sabor fuerte e intenso, lo que hace que sea prefecto para tomar a la hora del desayuno.

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