Abdominales
Los abdominales de toda la vida se encuentran entre los ejercicios poco recomendados. La mayoría de las veces se adopta una postura poco adecuada, que afecta tanto a la espalda como al cuello. Lo mejor es hacer diferentes ejercicios de abdominales, en los que no fuerces demasiado ni la espalda ni el cuello. Hay mucha variedad.

Abductores en máquina
En este caso esta máquina no tiene mucha utilidad, es mucho más efectivo hacer sentadillas o zancadas con peso para tonificar los abductores. El problema de esta máquina es que la mayoría la utilizan para pasar el rato, de modo que no se centran en el ejercicio y acaba por hacerse mal. No poner el peso adecuado, ni la postura correcta, puede provocar lesiones en las ingles y en la cadera.

Correr en la cinta
Correr en la cinta repercute en tus rodillas. Estar en punto estático no favorece, para nada, a tus articulaciones. Además hay muchas personas que sufren mareos o vértigos al correr en la cinta. Si quieres correr, lo mejor es hacerlo al aire libre.

Dorsales con polea
Hay muchas formas de trabajar los dorsales, pero esta no es la mejor opción. Aparte de que las probabilidades de golpearte, más de una vez, con la barra en la cabeza son muy altas, la posición antinatural del ejercicio en sí, hace que los hombros se sobrecarguen más de la cuenta.

Kettlebells
Antes de pasarte a las kettlebells, asegúrate de dominar perfectamente las mancuernas, tanto su peso, como su uso durante los ejercicios. La mayoría de los ejercicios que se realizan con las kettlebells, hacen que la espalda, las lumbares y el abdomen sufran un balanceo bastante fuerte. Por eso hay que ir poco a poco. Así evitarás hacerte daño.

Press de pierna
Es un ejercicio con trampa. Es fácil, de primeras, conseguir levantar mucho peso, sin apenas esfuerzo, pero la mayoría de las veces la postura a la hora de hacer el ejercicio no es correcta. Por eso, es engañoso. Pueden surgir problemas en las rodillas, en los cuádriceps y en la espalda.

Remo en máquina
El problema de esta máquina es la mala postura. Lo ideal es mantener la espalda recta, pero la mayoría de las veces se tiende a echar la espalda y los hombros hacia delante. Ahí está el error.
