A menudo, como seres sociables que somos, sentimos la necesidad de desahogarnos con alguien de confianza. Un familiar cercano, nuestra pareja si la tenemos o una amiga íntima. Sin embargo, son muchas menos las veces que damos el paso y solicitamos su escucha y acompañamiento; a menudo, por pensar que les vamos a aburrir y que tienen mejores cosas que hacer. Sin embargo, la ciencia invita a todo lo contrario, no solo por nuestra propia riqueza emocional, sino también por la relación con esa persona que te importa. Un nuevo estudio científico ha demostrado que desahogarnos con alguien fortalece los vínculos con la otra persona y estrecha la relación.
Desahogarnos con alguien de confianza tiene un efecto positivo para la relación de confianza que mantenéis. Si alguna vez lo has experimentado, sabrás que este tipo de situaciones íntimas suele fortalecer mucho el vínculo y la confianza con la persona que tienes enfrente, pero hasta ahora no era más que una percepción. Ahora, un nuevo estudio científico que es así; no debes pensar que vas a aburrir a la otra persona al desahogarte con ella porque esto mejorará la percepción que tiene de ti.

El estudio elaborado por investigadores norteamericanos, publicado en Evolution and Human Behavior con el título ‘Desahogar tus frustraciones puede hacer que tus amigos te quieran más, si lo haces bien’, concluye que compartir frustraciones con una persona que te haga sentir bien quizá no garantiza que se reduzca tu enfado, tu tristeza o desencanto, pero sí hará que esa persona te quiera y apoye más.
Eso sí, la condición para que esto ocurra es que al desahogarte con esa persona lo hagas bien. Y esto pasa por no hacerlo con menosprecio hacia dicha persona o de forma agresiva.
Los resultados obtenidos por los investigadores de las universidad de UCLA, la Universidad Estatal de Oklahoma y el Hamilton College muestran, por lo tanto, que los mayores beneficios del hábito o competencia social de desahogarte con alguien cercano es que se fortalecen los vínculos a medio y largo plazo. Es una forma muy eficaz de regar una relación de amistad o familiar y, de forma indirecta, de aproximarte a la receta de la felicidad de expertas como la psicóloga Lara Ferreiro.
La responsable de la investigación, Jaimie Krems, profesora adjunta de psicología en la UCLA, explica que ya era conocido desde los años 50 que el desahogo no reduce la ira, que incluso puede ir en aumento, y que es era una realidad desconocida lo que el hábito de desahogarse puede hacer para que el ser humano se sienta mejor.

Su estudio avanza en este sentido porque los resultados sugieren que el desahogo es un hábito eficaz de competencia por el afecto de los oyentes; dicho de otro modo menos pragmático, una forma eficaz de estrechar lazos: “No teníamos una buena explicación de lo que el desahogo hace por nosotros. Por eso, probamos una novedosa perspectiva de alianza para el desahogo: bajo ciertos parámetros, el desahogo puede hacer que las personas con las que nos desahogamos nos apoyen más que aquellas con las que nos desahogamos”, apunta Krems.
La investigadora reconoce que “la gente se siente muy sola en estos momentos, y eso nos presiona aún más como investigadores para que seamos honestos sobre cómo funciona la amistad”.