El juego de las siete diferencias es uno de los pasatiempos más populares que hay. En ellos encontramos simplicidad, accesibilidad y beneficios cognitivos al mismo tiempo. Es común verlo entre las páginas de las revistas, como la revista Mía en versión papel y es muy entretenido ponerse de reto cada semana una prueba como esta.
La razón principal por la que es popular el juego de las siete diferencias

Existen hasta siete razones por las que este juego de imágenes es bueno y popular entre todas las edades, desde los más pequeños con rompecabezas más simples hasta la tercera edad, donde el nivel puede elevarse. Las razones son las siguientes:
- Hay una estimulación mental y una mejora de la concentración. La clave de estos juegos es prestar atención al detalle, ser capaces de observas porque para encontrar las diferencias entre dos imágenes es necesario tener un enfoque y concentración.
- Accesible y fácil. Las reglas del juego son simples: compara dos imágenes y encuentra las diferencias. Hace que sea muy fácil jugar en cualquier lugar y para cualquier persona. No es necesaria una habilidad y conocimiento mínimos.
- Satisfacción instantánea. Es un tipo de juego positivo que puede volverse adictivo en el buen sentido, ya que cada pequeño éxito impulsa al jugador a seguir buscando más diferencias.
- Beneficios cognitivos. Jugar a este pasatiempo hace que tenga efectos positivos en el cerebro. Desarrolla habilidades cognitivas como la percepción visual, memoria, resolución de problemas y atención selectiva.
- Matar el tiempo entre horas. Es un juego sencillo y corto en el que cualquier momento se puede pausar. Ideal para entretenerse unos minutos.
- Diversión multigeneracional. Es un juego que se puede disfrutar solo o en grupo, y puede unir a personas de diferentes edades. Los niños lo disfrutan tanto como los adultos, lo que lo convierte en una excelente actividad familiar.
- Variedad visual y creatividad. Además de ejercitar la mente, enriquece la creatividad y el conocimiento ya que las imágenes suelen ser de paisajes, personajes históricos, animales,...
El origen del juego de las siete diferencias
Cuando hablamos de la evolución de los juegos como este y su popularidad con la publicación tenemos que remontarnos al siglo XIX con el auge de los medios impresos. Aunque no tiene un creador específico ni un momento exacto de creación.
Los juegos de observar las diferencias han existido durante siglos en varias culturas. Las primeras formas de este tipo de pasatiempo ya se encontraban en la literatura y en las ilustraciones de publicaciones populares desde el siglo XIX, cuando los juegos visuales se incluían en periódicos y revistas para entretener al público.
A partir del siglo XX se popularizó en revistas infantiles y suplementos de periódicos, como cómics, revistas educativas o libros dedicado a estas imágenes. Se trató de un recurso sencillo y entretenido para mantener a los pequeños ocupados mientras aprenden a observar.
A día de hoy se ha popularizado y es más común encontrar este juego en formato digital, como aplicaciones del móvil que ofrecen distintos niveles para encontrar diferencias de una imagen. Ahora puede haber más de siete diferencias.
Imágenes para jugar a las siete diferencias online para imprimir
Los campos se llenan de amapolas en primavera y ofrecen un paisaje que es un espectáculo para la vista. Esta flor, que acapara toda la atención por su color y olor, es fácilmente localizable en senderos, caminos o praderas y se convierte en una de las más fotografiadas. Fíjate bien en estas dos imágenes porque, aunque, a primera vista parezcan idénticas, en una de ellas se esconden siete diferencias.
Juego 1


Juego 2


Juego 3


Juego 4


Juego 5


Soluciones del juego de las siete diferencias




