La piscina, más allá de un espacio recreativo y refrescante, es un escenario en el que cuidar de la salud y el bienestar. Y tanto para quienes disfrutan en el medio acuático como para quienes les resulta imprescindible por sus limitaciones físicas, el agua es su perfecta aliada. Descubre todo lo que puede ofrecerte
El agua de la piscina hace que la gravedad ceda su lugar a la ingravidez, liberando a las articulaciones de la carga que llevan a cuestas. Así, este medio acuático se erige primordial para quienes buscan ejercitarse sin que sus articulaciones sufran el impacto natural que se da en otros deportes.
Así, se convierte en una fantástica opción para todos, tanto para las personas que se inician en la actividad física como para aquellas experimentadas que van en la búsqueda constante de nuevas formas de cuidado personal.

En el libro educativo Actividad acuáticas: reflexiones y propuestas prácticas, cuyos editores son expertos del deporte y la salud, también recomiendan los ejercicios acuáticos por la infinidad de beneficios que tienen para la salud, tanto para los adultos como para los más pequeños.
Los ejercicios acuáticos en la piscina son el medio perfecto
Al ejercitarte en el agua, le sumas a los beneficios de la práctica deportiva (mejora de la salud cardiovascular, fortalecimiento muscular y óseo, mejora de la movilidad y flexibilidad, gestión del estrés y la ansiedad, aumento de la energía...) todos los que el medio acuático intrínsecamente te aporta:
- Bajo impacto, alta efectividad. El agua reduce la carga sobre las articulaciones, brindando un entorno perfecto para quienes buscan ejercitarse sin comprometerlas. Por ello, las personas con artritis o problemas articulares encuentran en la piscina un espacio donde pueden moverse libremente sin causar estrés innecesario a sus articulaciones.
- Resistencia controlada. Cada movimiento en el agua implica trabajar contra la resistencia natural del líquido. Esto fortalece los músculos y también mejora la tonificación y la resistencia física adaptando la intensidad del ejercicio a las necesidades individuales.
- Regulación del estrés. Sumergirse en el agua conlleva una sensación de ingravidez que alivia el estrés y las tensiones diarias. La flotación invita a la relajación y favorece que cuerpo y mente se relajen, promoviendo un bienestar integral.
- Versatilidad. El agua permite una amplia gama de ejercicios, desde aquellos diseñados para mejorar la resistencia cardiovascular hasta rutinas específicas para fortalecer grupos musculares particulares.