Que uno llegue a ese estado o no depende de millones de factores. En Occidente, nos acercamos al yoga de una manera física, para estar más tranquilos o para trabajar la flexibilidad muscular.
Puede que, con la práctica continuada, comiences a experimentar ciertos cambios, no solo físicos, sino de percepción ante la vida, con un mayor desapego hacia todo lo que te rodea.
Es en ese momento en el que todo comienza a cambiar y, de forma orgánica, uno se da cuenta de que comienza a tener las herramientas para controlar aquellos aspectos que te hacen más irascibles hacia tu entorno.

Y es aquí donde empieza la verdadera andadura por el camino del yoga, en la que, a través de esa práctica física, profundizarás de una forma orgánica en otros aspectos más espirituales.
No sería justo decir que sí a esta pregunta, ya que el fin último del yoga es, precisamente, entrar en un profundo estado de meditación. Tampoco sería justo que cualquiera que comience a practicarlo se obsesione con alcanzarlo, pues solo la práctica continua puede ayudar a lograrlo.
Mucha gente cree que la definición de la meditación es llegar a tener la mente en blanco y nada más alejado a ello. La mente tiene una gran función y es la de pensar, por tanto, no podemos parar su funcionamiento, pero lo que podemos conseguir o, al menos, trabajar en ello, es no aferrarnos a lo que pasa por ella.
Hay que ser honesto y saber que, por mucho tiempo que se lleve haciendo yoga, siempre habrá mil y una piedras en el sadhana o camino de transformación personal. Hay días que la mente está más alterada y cuesta más concentrarse y esto tiene un claro reflejo en el cuerpo, que se vuelve más rígido, y en la voluntad, que se vuelve más laxa.
La disciplina del yoga te ayuda a llevar a tu cuerpo y a tu mente a un estado de calma, donde las fluctuaciones mentales se ralentizan, así como el pulso cardíaco y la respiración. Esto lleva a desarrollar las herramientas para afrontar el día a día tomando mayor distancia de las sensaciones que golpean diariamente.
Por lo tanto, no es que se haga yoga meditando, es que el yoga ayuda a entrar en ese estado de meditación, de unión con una paz que todos portamos de forma natural, pero que no dejamos que asome por la cantidad de estímulos externos que nos envuelven.