¿Es posible tener un retrato objetivo, otra versión, de un ser querido a través de lo que recordamos y otros recuerdan? Esa es la pregunta a la que Inés Martín Rodrigo conduce al lector en su nueva novela Otra versión de ti, donde identidad, memoria y amor son sus tres pilares.
Nos construimos con nuestros recuerdos y con sus ausencias. ¿Es este el porqué de este libro?
En mi caso la literatura y la escritura responden a una necesidad vital. Para mí literatura y vida son dos caras de una misma moneda. Hace casi dos años mi padre falleció tras una larga enfermedad que derivó en una agonía muy dolorosa. Toda la familia estuvo presente para despedirlo y acompañarlo hasta el último momento, y esa despedida a mí me colocó en un lugar personal, vital, muy distinto. Yo dejé de ser la Inés que era unos meses antes de perder a mi padre, y eso me llevó a un sitio literario distinto, de manera que la novela que estaba escribiendo ya no tenía sentido. La guardé en un cajón, donde sigue, y empecé con Otra versión de ti, un libro cuya escritura me ayudase a lidiar con el duelo entonces.
Empecé a escribir 'Otra versión de ti' para que su escritura me ayudase a lidiar con el duelo
Así que ¿esta novela tiene algo de autobiográfico?
Esta novela tiene mucho de constructo, como tiene mucho de constructo la realidad, pero no olvidemos la palabra novela. Esto es una historia de ficción, aunque muchos de los personajes que aparecen en ella están inspirados en mi propia realidad, en personas a las que he conocido y conozco, he querido y quiero. Como dice Joan Didion, del documental El centro cederá, ese es el material del que yo disponía en ese momento y lo aproveché.
En 'Otra versión de ti' hay una historia de amor y mucho espacio para la pérdida, la memoria y la identidad. ¡Vaya cuarteto!
La novela está atravesada por varios temas que yo considero cruciales en nuestra propia vida. Uno de ellos es la identidad, el quiénes somos, cómo nos ven los demás y cómo queremos que nos vean. ¿Cuántas versiones de nosotros somos capaces de mostrar a los demás, con la finalidad de no sufrir y que no nos hagan daño? Y luego está el tema de la memoria como constructo. Cuando alguien sufre una pérdida, una ausencia tan capital en su vida como es la de un padre o una madre, con lo que la orfandad supone, la memoria es un asidero fundamental al que agarrarse para tratar de no olvidar, para tratar de retener en tu recuerdo a esa persona que ya no está contigo. Eso está muy bien, pero hay un problema, y es que la memoria está condicionada por sentimientos, sensaciones… y eso hace que no responda a lo que sucedió o a lo que fue, por lo que terminamos construyendo un recuerdo que realmente no sirve más que para consolarnos.

"La literatura responde a una necesidad vital"
Si tuvieras que poner un sentimiento a 'Otra versión de ti' sería…
…amor. Creo que es el sentimiento que más destilan las páginas de esta novela. El amor entre Andrea y Candela y cómo ese amor está condicionado por otros adyacentes como el de los amigos, la familia, y… cómo ese amor nunca está garantizado. Eso es algo que también nos incumbe a todos. Lo único cierto es la ambivalencia.
Somos lo que recordamos y también lo que olvidamos.
Y lo que olvidamos nos marca hasta el punto de que nos pesa.
¿Hay algún personaje de tu obra que sientas especialmente cercano a ti?
La verdadera protagonista de esta novela es Andrea, la voz narradora, quien se dirige a través de ese soliloquio, de ese flujo mental a esa Candela ausente. Esta novela se mira en el espejo de Nubosidad variable de Carmen Martín Gaite al tener un diálogo con un interlocutor ausente. Andrea se dirige a Candela en un intento desesperado por llegar a entender su ausencia, entenderla, llegar a esa versión de Candela que le permita quererla, cuidarla y seguir a su lado. Lo que sucede, pese a que es una verdad muy dura de asimilar, es que nunca llegamos a conocer realmente a la persona que tenemos a nuestro lado, con la que nos acostamos y levantamos todos los días.
Nunca llegamos a conocer realmente a la persona que tenemos a nuestro lado, con la que nos acostamos y levantamos
Dices que la literatura es una necesidad vital. ¿En qué momento supiste que lo tuyo era escribir?
Lo ha sido siempre desde el momento en que aprendí a leer. La literatura me lleva construyendo como persona desde que terminé el primer cuento que fui capaz de leer por mí misma. Con el tiempo fueron pasando los años y llegó el momento en que me atreví a cruzar del otro lado del espejo, a dar ese paso que da mucho vértigo y miedo, para ser yo quien escribiera.
¿Hay algún libro o escritor que te haya marcado, que te cambiara la vida?
En esta novela hay bastantes autores y libros que acompañan a Candela. Ella va anotando citas en sus cuadernos, y muchos de esos libros también me han acompañado a mí. Pero recuerdo que hubo uno que me marcó especialmente en un momento muy delicado de mi vida, muy crucial, que fue Paula de Isabel Allende. Yo estaba ingresada en el hospital porque sufría anorexia, y no recuerdo quién ni por qué me llevó ese libro, pero lo devoré. Y es importante que use ese verbo porque en ese momento yo padecía un trastorno de la alimentación que me impedía todo lo que se pareciera a devorar. A medida que iban pasando los años he ido comprendiendo que aquel libro me marcó a nivel personal pero también literario. En él Isabel Allende se enfrenta a la muerte de su hija Paula y eso me abrió una puerta a la ficción y a la literatura que ahora soy consciente de haber atravesado con mis propios libros y novelas.
Inés, además de escritora eres periodista. ¿Qué pesa más en ti?
No creo que sea necesario elegir. Soy muy afortunada porque puedo dedicarme a lo que realmente me gusta.
¿Qué aporta la literatura a un mundo tan digitalizado y rápido como el actual?
La literatura es esa balsa o tabla de salvación a la que todos nos agarramos en los momentos más complejos de nuestra vida, ella nos permite darle al botón de pausa ante una realidad que nos abruma y abrasa con noticias constantes. Igualmente, pienso que nunca hemos estado tan informados y estimulados, con lo cual la literatura se convierte en esa burbuja en la que te encierras.