Desde que las cafeteras de cápsulas llegaron a nuestra vida parece que no existe otra cosa. Es cierto que estas cafeteras exprés han permitido preparar cafés muy parecidos a los que encuentras en un bar en tu propia cocina, pero también es cierto que si sabes usar correctamente la clásica cafetera italiana o la cafetera francesa o de émbolo conseguirás un café delicioso a un precio mucho más asequible.
Porque, todo sea dicho de paso, si te fijas en el precio de kilo del café que se comercializa en cápsulas verás que cuesta mucho más caro que un kilo del mismo café en paquete. Es verdad que viene molido y envasado al vacío para que no pierda propiedades ni aroma, pero desde luego, no te engañes, no estás ante un Kopi Luwak (el café más caro del mundo).
Con una cafetera de émbolo o cafetera francesa conseguirás un gran café con una inversión mínima, ya que una de estas cafeteras está a menos de 20 euros en el mercado y el café molido (o en grano) desde luego que es mucho más económico que cualquier otra alternativa. Sigue estos consejos y prepararás un café delicioso.
¿Qué café usar para una cafetera de émbolo?
Para conseguir un buen café, lo primero que debes hacer es comprar una buena materia prima. Busca un café de calidad (tú elijes la procedencia o el tipo de café que más te gusta) y que sea 100 % café natural. Lo mejor para preparar cualquier café es huir de torrefactos.
Como en la cafetera francesa o de émbolo el café se prepara por infusión y por regla general estamos acostumbrados a tomar cafés expresos, lo mejor es optar por un café algo potente para que no te parezca demasiado suave.
Pregunta en tu tienda de café por una variedad de café que tenga buen aroma y que tenga un sabor fuerte.
Para que los posos de café no traspasen el filtro es fundamental que la molienda sea gruesa. Así al prensar el café, quedarán todos atrapados en la parte de abajo y a la taza no llegará ningún resto de café.
Lo ideal para aprovechar todo el aroma del café es molerlo uno mismo justo en el momento de tomarlo, pero como es cierto que eso no se puede hacer cada mañana, en muchos sitios especializados puedes pedir que te lo muelan allí con un grosor adaptado a la cafetera que vayas a usar.
Si compras café en el súper, verás que algunas marcas llevan indicado el tipo de cafetera para el que se recomienda el café y algunas marcan este tipo de cafetera.

Lo primero que se recomienda hacer es calentar la cafetera antes de empezar a preparar el café. Para ello hay que calentar agua y verterlo dentro de la jarra de la cafetera. Taparla y dejarla unos segundos para que tome temperatura.
Después hay que eliminar el agua y añadir el café en la base de la cafetera, de forma que quede repartido de forma homogénea por la base.
Las proporciones de café / agua serán 1 cucharada sopera rasa de café para cada taza de café que queramos preparar y unos 100- 120 ml. por taza de café.
Pon a calentar el agua justo hasta que vaya a romper a hervir (es importante que el agua no llegue a hervir para que no queme el café).
A la hora de verter el agua sobre el café también hay un pequeño ritual: lo que se suele hacer es comenzar a echarlo desde el centro, muy poco a poco, con movimientos circulares hasta los laterales.
Después hay que remover muy bien la mezcla con una cuchara, tapar la cafetera y dejar reposar la mezcla para que infusione de durante 5 minutos aproximadamente.
Pasados los 5 minutos, ha llegado el momento de prensar el café bajando el pistón lentamente. De esta forma el filtro irá separando el café de los posos.
Y con estos consejos se consigue un café delicioso preparado con una cafetera de émboolo.