Errores más frecuentes que cometemos al comer

No desayunar, abusar de las grasas, evitar el azúcar, comer muy rápido… son errores alimenticios demasiado habituales. Aprende por qué no debes cometerlos.
Errores más frecuentes que cometemos al comer

No desayunar, abusar de las grasas, evitar el azúcar, comer muy rápido… son errores alimenticios demasiado habituales. Aprende por qué no debes cometerlos.

Estos y otros hábitos estás demasiado arraigados en nuestra cultura pero nunca es tarde para desterrar ideas preconcebidas que no tienen fundamento científico alguno. Toma nota.

Comer deprisa

Es un riesgo para la salud de nuestro aparato digestivo: su funcionamiento empeora y en consecuencia, el organismo no asimila los alimentos correctamente afectando a nuestra salud. Además, comiendo en poco tiempo no masticamos correctamente y tomamos la comida con demasiado aire que provocará dolor de vientre y gases.

Es uno de los errores más comunes: almorzar mucho y luego no cenar para contrarrestar el exceso cometido por la mañana. Sin embargo, el efecto es el contrario al deseado. Cuando el organismo deja de recibir nutrientes durante más de ocho horas, lo primero que hace es formar grasas.

Se comete así un error, ya que desde que terminamos de cenar hasta que desayunamos pasan más de 12 horas sin que el organismo reciba ni un solo alimento. Y al mismo tiempo éste entra en actividad: trabajo, estudios… El desayuno ideal está formado por un producto lácteo, cereales, fruta, fiambres o huevos.

Son ricas en carbohidratos, que son la principal fuente de energía dentro de una dieta equilibrada y deben representar las dos terceras partes de las calorías diarias que ingiere una persona. Además, su contenido en grasas es bajo. Su aporte calórico depende de los productos que se les añadan al cocinarlas.

Los médicos recomiendan reducir el consumo de grasas a no más del 30 por ciento de las calorías que se ingieren cada día. No hay que olvidar que no todas las grasas son iguales: las saturadas, que se encuentras en las carnes y productos animales, son dañinas, mientras que las poliinsaturadas, es decir, las que proceden del aceite de oliva o semillas son buenas para la salud. Hay que reducir el consumo de grasas animales.

El agua es esencial y es falso que engorda. Incluso a veces puede ser el perfecto aliado para perder peso. No importa cuándo se beba agua, si antes o después de las comisad: lo importante es que bebes agua es imprescindible para hidratarnos y facilitar la digestión.

Esta actitud es errónea. El azúcar es un alimento necesario para el organismo, que hay que tomas el su justa medida. Cuando tomamos azúcar los jugos intestinales lo convierten en glucosa que circula por la sangre y alimenta las células. Esta sustancia es el combustible que necesitamos para movernos.

Hay que evitar abusar de ella. Con el pellizco que echemos al cocinar será suficiente. La absorción elevada aumenta los riesgos de hipertensión arterial, favoreciendo la aparición de enfermedades cardiovasculares.

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