¿Quién no ha visto alguna vez una foto del antes y después de una persona que ha tenido una transformación física y ha pensado “wow, yo también quiero”?

Estas fotos funcionan como publicidad y motivación para ciertos negocios, pero la realidad es que pueden ser más tóxicas de lo que parecen. Te explicamos que deberías de tener en consideración si eres de las personas que suelen fijarse en estas fotos de antes vs. después como motivación:
1. Focalizan toda la atención en el cambio físico
Este tipo de fotos en las que muestran una transformación, otorgan demasiado valor al aspecto físico y premian la delgadez.
No es raro fijarnos solo en el cambio físico que ha tenido una persona, ya que solemos tener este tipo de pensamientos relacionados por la idea sobrevalorada de delgadez que existe hoy en día en la sociedad.
La realidad es que el físico de una persona rara vez va a ser indicar de su bienestar, por tanto, por mucho que esa persona haya tenido un cambio físico, puede que no haya tenido una mejora de salud ni cambios de vida hacia unos hábitos saludables, que haya tenido conductas de riesgo y compensatorias para lograr ese cambio... y un largo etcétera.
2. Puede desencadenar comparaciones odiosas
Estas comparaciones poco saludables con las fotos pueden causar rechazo hacia tu propia imagen corporal, pudiendo llegar a sentirte insuficiente por no conseguir esos cambios físicos.
Se nos olvida que cada persona tiene un tamaño y forma de cuerpo diferente, y que muchas veces, por mucho que queramos, no podemos tener un cuerpo igual a la de otra persona.
Con estas fotos del físico de antes vs. después, dan a entender que en la foto del antes hay algo mal con el cuerpo que hay que arreglar, y la foto del después es la buena.
Además, tenemos que tener mucho cuidado con lo que vemos por internet, ya que muchas veces estas fotos están retocadas, sacadas desde un ángulo concreto... y se alejan mucho de la realidad.
3. Parece que el cambio es milagroso
Cuando vemos estas fotos tendemos a pensar que ese cambio se ha conseguido en días o escasas semanas y que es muy fácil llegar a esa transformación.
Por eso, cuando la persona comienza una dieta o quiere cambiar su estilo de vida teniendo como motivación este tipo de fotos, cuando no observa los resultados con los que se está comparando, tiende a frustrarse.
La realidad es que todo cambio de hábitos lleva su tiempo. Además, tenemos que tener algo claro: no todo cambio de hábitos tiene por qué ir ligado a una pérdida de peso. A veces podemos obtener cambios en los parámetros analíticos, en la energía diaria, en el rendimiento...

4. Cuidado con los mensajes
Este tipo de fotos de antes vs. después suelen ir acompañados de frases como: “sé tu mejor versión”, “consigue este increíble cambio en 7 días”, “tú también puedes tener este cuerpo” ...
Este tipo de mensajes reafirman que estar gordo o tener el cuerpo que tienes en ese momento está mal y que tenemos que hacer todo lo posible por buscar esa perfección y ese cuerpo ideal del que tanto hablan y del que no existe.
Asimismo, estas fotos suelen ir acompañadas de comentarios felicitando a la persona por su cambio estético y por su fuerza de voluntad. Esto, una vez más, puede ser una conducta de riesgo porque la persona puede pensar que todo su sufrimiento se ve recompensado porque las personas le están halagando.
Por eso es importante recalcar que no somos menos válidos ni inferiores porque no tengamos o no logremos un resultado igual al que vemos en las redes sociales.
En definitiva, aunque en muchas ocasiones se tengan la mejor de las intenciones con este tipo de imágenes para motivar a las personas, puede que haya a otras muchas que les haga daño este tipo de comparaciones y puede conllevar a padecer algún tipo de trastorno alimentario o problemas con la imagen corporal.