5 productos industriales que no son todo lo saludables que parecen

Sabemos que cuantas menos etiquetas lleves en el carro, mejor. Pero está claro que no es fácil llenar la despensa solo con productos frescos, de ahí que ya sea un paso adelante muy importante limitarlos y elegir bien aquellos procesados que te llevas a casa.
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Ya hemos hablado largo y tendido en post anteriores de la importancia de saber leer bien el etiquetado de los productos a la hora de hacer la compra. De hecho, si damos prioridad a la cocina saludable, algo que desde luego es lo más recomendable, hay un mantra infalible e irrebatible: cuantas menos etiquetas lleves en el carro, mejor. Pero está clara la dificultad, por unos motivos o por otros, de llenar la despensa solo con productos frescos, de ahí que ya sea un paso adelante muy importante limitarlos y elegir bien aquellos procesados que te llevas a casa.

Te dimos algunos consejos específicos en caso de que tus supermercados de confianza sean Mercadona y Lidl. Y es que hay carros que llevan tan solo tres productos industriales y, sin embargo, estos pueden ser muchísimo peores nutricionalmente hablando que los seis que lleve el siguiente carro de la fila de la caja.

Desgraciadamente, la gran mayoría de la población sigue cometiendo errores en este sentido. Son preocupantes los que se cometen de forma consciente, pero no estamos aquí para obligar a nada a nadie, ni mucho menos privar de la libertad de elección personal. Además, también es importante que aprendas a ser flexible con algunas elecciones. Nos preocupan más, eso sí, los errores que se cometen desde el desconocimiento y la falta de educación nutricional porque muchos de ellos incluso se llevan a cabo pensando en que lo que se está tomando es un producto muy beneficioso para la salud. El marketing, la industria alimentaria, la falta de conocimiento para entender el etiquetado, y el dejarse llevar por los demás llevan al consumidor a formarse ideas equivocadas sobre un producto determinado. Sí, muchas veces no es tarea fácil

Sabemos que las palmeras de chocolate, por poner un ejemplo irresistible, son un capricho riquísimo pero nada saludable; en cambio, muchas personas siguen tomando zumos de fruta recién exprimidos como si sus efectos fueran tan beneficiosos como los de tomarse una manzana o un plátano. Por este motivo nos hemos propuesto desmitificar cinco claros ejemplos de productos industriales que no son todo lo saludables que la gente se cree. Ya hicimos algo parecido en su día, pero en esta ocasión vamos a hacerlo con cinco productos de los considerados snacks y te vamos a proponer alternativas que sí son saludables, ya que no solo debemos cuidar lo que consumimos en las tres comidas principales, sino también en la merienda y a media mañana.

Zumo de naranja

De todas las opciones que hay en un supermercado, no son las peores los zumos de frutas si son exprimidos al momento de verdad como ocurre ahora con las máquinas de naranjas para exprimir que se han puesto de moda en los supermercados. El problema tiene dos caras en este caso: por un lado, los zumos industriales, que todos contienen azúcar añadido y otros ingredientes nada recomendables; y por otro, un problema de concepto, ya que la creencia de que el zumo es igual a tomar fruta sigue estando muy extendida. Esto no es así, puesto que el azúcar se transforma y se dispara, por muy natural que sea, y además no se come la fibra de la fruta.

Pieza de fruta

Si te da pereza pelarla, escoge un plátano, uvas, o alguna variedad de fruta que pueda comerse con piel incluida; si no te gusta, prueba más opciones que hoy en día tenemos la suerte de importar muchas frutas tropicales y también nuestros agricultores han desarrollado el cultivo de variedades muy dulces y muy ricas como el caqui Persimón. Y recuerda que si no das ejemplo, será imposible que los más pequeños tomen fruta.

Quesos crema

Estos productos industriales que se hacen llamar quesos de untar son recetas cargadas de ingredientes poco saludables como los conservantes. Son un clásico de las meriendas y las celebraciones cumpleañeras, e incluso últimamente se ven demasiado a menudo en las neveras de los pisos de estudiantes en particular y de las casas donde hay poco hábito de cocinar en general.

Queso fresco

Es mucho más saludable si hablamos de productos para untar cocinar un guacamole, un hummus o alguna otra crema de untar elaborada con verduras, como por ejemplo la remolacha o la berenjena. Eso sí, producidas de forma casera. Pero si buscamos algo que sea más similar al queso untado, acudimos a abrazar al queso fresco, que también se puede manipular para distribuir por el pan a modo de canapé o tostada. Extendemos la recomendación a cualquier otro queso que esté elaborado únicamente a base de cuajo, leche, sal.

Galletas digestive

Ha costado mucho esfuerzo que poco a poco cale el mensaje de que las galletas, por mucho que las tomáramos a puñados de niños, no son un desayuno ni un snack saludable. Pero pese a ello, el marketing ha conseguido que se sigan aceptando como tal productos de relativo nuevo cuño como las galletas etiquetadas como “digestivas”. Efectivamente, su contenido en fibra es mayor que las tradicionales, pero siguen conteniendo una batería de ingredientes nada aconsejables en su fórmula.

Galletas caseras

Las galletas sí pueden ser saludables, siempre y cuando se hagan en casa controlando los ingredientes de la receta. Evita por supuesto el azúcar y utiliza a cambio algún producto fresco que la contenga de forma natural en altas dosis como es el caso del plátano o el dátil. Con copos de avena la combinación es infalible, pero tienes muchas opciones utilizando otro tipo de cereales e incluso frutos secos.

Yogur líquido

No somos de piedra, por lo que reconocemos que algunas de las recetas industriales de yogur líquido entran muy bien, hablando de forma vulgar. Pero una lee la etiqueta de estos productos y dan ganas de salir corriendo porque es de todos menos yogur.

Yogur natural

Si hablamos de lácteos, el yogur natural siempre estará entre nuestras recomendaciones. Es el único yogur junto a los de tipo griego que no contiene azúcar añadida, y en comparación con estos, tampoco tiene nata. Si estás pensando que te resulta demasiado ácido, que no puedes con él, créenos cuando te decimos que el paladar se puede entrenar; si se hace desde niño mucho mejor, pero nada es imposible. De todos modos, siempre será mejor un yogur de sabores como paso intermedio que el yogur líquido.

Tortitas de arroz

Una de los productos que más ha aprovechado el auge de los productos ecológicos en los últimos años han sido las llamadas tortitas de arroz. Revisando la etiqueta de muchas de las que se venden en los supermercados y tiendas especializadas, su contenido en azúcar se dispara a 22 gramos por cada 100. Ten en cuenta que los especialistas en nutrición consideran que todo lo que supere la barrera del 12 % es una barbaridad. Saca tus propias conclusiones al respecto a partir de estas dos cifras.

Frutos secos

Oirás que son muy calóricos como el argumento que pueden esgrimir sus detractores, y es cierto, pero este detalle se puede minimizar simplemente con controlar las cantidades que se toman. Son muy saciantes, de forma que además de estar muy ricos, también te llenan antes. Por eso son ideales para tomar como snack.

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