Remedios para aliviar la menopausia

La soja, el trébol rojo o la cimicífuga son fitoestrógenos (sustancias vegetales con un efecto similar al estrógeno) y por tanto, la forma más sana de paliar el desajuste hormonal que nos provoca la menopausia.
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¡No a los sofocos!

“La soja y el trébol rojo (en la foto) han demostrado su acción contra los bochornos propios de esta etapa, por su contenido en isoflavonas”, dice Concepción Navarro, Catedrática de Farmacia de la Universidad de Granada y miembro de la Asociación Española para el Estudio de la Menopausia. “La dosis adecuada es de 40-80 mg de isoflavonas al día”, indica. ¿Un truco? “Tómalas con zumo de pomelo”, matiza la naturópata Rosa García, ya que así ralentizas su metabolización hepática y, de esta manera, los flavonoides estarán más tiempo en la sangre.

Cimífuga, con precaución

El extracto de cimífuga se ha utilizado desde la antigüedad para combatir sofocos y sudoraciones nocturnas: “Se trata de un componente que actúa sobre algunas moléculas que participan en la regulación de la temperatura corporal”, explica Concepción Navarro. La naturópata Rosa García añade que para obtener resultados se necesitan “de 4 a 12 semanas de tratamiento”. Pero, ojo, no es recomendable que lo tomes si sufres o has sufrido en el pasado algún trastorno hepático. Consulta a tu médico o al farmacéutico antes de tomar extracto de cimífuga.

Contra los malos humos

Los sudores nocturnos y los desvelos que provoca la menopausia son en gran parte responsables de la fatiga, la ansiedad y la irritación que se sufre muchas veces en esta etapa de la vida. Son uno de los síntomas más frecuentes y que más negativamente afectan a la vida de las mujeres que los padecen. Una manera de combatirlos y tratar de controlarlos puede ser tomar infusiones de pasiflora (en la imagen), lavanda, lúpulo o valeriana; incluso son recomendables los preparados con varias de estas plantas juntas. “Su eficacia en estas situaciones está perfectamente demostrada”, sostiene la catedrática.

Dong Quai

En la medicina tradicional china este componente se ha utilizado siempre para tratar diversas afecciones ginecológicas (también para aliviar las menstruaciones dolorosas). La naturópata Rosa García recomienda los preparados combinados de esta planta con isoflavonas de soja, mejor que de manera aislada y también, a veces, “el uso de cremas con ñame salvaje para su uso tópico”. Otra opción también eficaz es tomar salvia, ya sea en infusión o en cápsulas.

Sequedad... ¡ninguna!

Las propias isoflavonas de soja mejoran este síntoma propio de la menopausia, pero también, explica Navarro, la planta Centella asiática, un ingrediente interesante a tener en cuenta en las cremas destinadas a la lubricación vaginal. Además, recomienda “aceites vegetales de coco, jojoba o aguacate, ya que contienen aceites grasos insaturados que ‘atrapan’ agua en su interior”, y mejoran así la hidratación de la zona.

Semillas de chía

Los cambios hormonales que conlleva la menopausia pueden producir estreñimiento, entre otros desajustes digestivos. Las semillas de chía tienen abundante fibra pero, además, contienen ácidos grasos omega 3 y 6, muy importantes en esta época en la que “el riesgo cardiovascular se ve generalmente incrementado”, dice Concepción Navarro. Existen muchas formas de tomarlas, pero una de las más sencillas consiste en echar una cucharada de semillas en la ensalada o en el yogur.

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