¿Puede la alimentación ayudarnos a cuidar nuestro cerebro?

¡Sí! Y también a luchar contra la pérdida de memoria y el deterioro cognitivo. Saber que nutrientes son esenciales para nuestro cerebro nos ayudará a vivir más y, lo más importantes, a no olvidar nada de lo vivido.
Alimentación y cerebro

De la misma manera que la alimentación es importante para prevenir las enfermedades cardiovasculares, la diabetes o el cáncer, también lo es para la salud cerebral. Todo lo que comemos, y también lo que dejamos de comer, puede actuar como factor de riesgo de las enfermedades neurodegenerativas.

O, al contrario, puede protegernos del deterioro cognitivo relacionado con la edad y la enfermedad de Alzheimer.” Destaca Anna Paré, autora de un libro del que merece la pena no olvidarse, “La cocina de la memoria”.

Anna Paré autora del libro "La cocina de la memoria"

Escrito junto a Pep Nogué, cocinero, aúna a la perfección la parte teórica con la práctica, ya que no solo se enumeran qué ingredientes son buenos para nuestro cerebro y nuestra memoria, también añaden recetas con los que aumentar el efecto de estos productos llenos de beneficios.

Vivir para contarlo

Hoy en día, todos somos muy conscientes de que la alimentación juega un papel fundamental en nuestra salud. Sabemos qué productos son cardiosaludables, sobre cuáles sobrevuela la sospecha de cancerígenos, qué nos ayuda a proteger nuestras articulaciones o qué fortalece nuestros huesos.

Pero ¿hay una dieta específica para cuidar de nuestro cerebro? La respuesta es sí y los datos nos animan a interesarnos más por ella, ya que se estima que una de cada diez personas mayores de 65 padece algún tipo de demencia.

Alimentación y cerebro - Elena Eryomenko

Hoy la esperanza de vida ha aumentado y podemos cumplir más años de lo que lo hicieron nuestros abuelos, pero también hay que preocuparse de cómo llegamos a esa edad. Así, el objetivo es soplar muchas velas con la cabeza en su sitio y eso también se trabaja.

Hay hábitos que nos ayudan a ejercitar la memoria, como el escribir todos los días o realizar crucigramas. Pero también debemos vigilar nuestra dieta, tal y como nos comenta, Anna, experta en nutrición: “La alimentación está relacionada con la memoria de forma directa e indirecta".

Por un lado, porque determinados nutrientes y otros compuestos presentes en los alimentos pueden actuar como antioxidantes y antiinflamatorios del cerebro. Y, por otro lado, porque una dieta que no es saludable aumenta el riesgo de otras patologías como la diabetes o la obesidad, que a la vez aumentan el riesgo de padecer demencia y Alzheimer”.

Tenemos mucho margen de prevención y aquí hay que destacar la importancia de cuidar la alimentación, y también el estilo de vida, para tener una buena memoria y retardar al máximo la pérdida de las funciones cognitivas”.

La clave de la alimentación y el cerebro

La dieta que mejor le sienta a nuestro cerebro es una vieja conocida, la dieta mediterránea. Tal y como cuenta la autora, es la dieta más estudiada a día de hoy gracias a lo que tenemos una gran evidencia científica sobre sus beneficios.

Eso sí, Anna nos recuerda que esta dieta tan valorada es la tradicional, “la que comían nuestros abuelos o bisabuelos.” Y es que últimamente nos hemos alejado mucho de ella, sobre todo con el abuso de los procesados o de la comida rápida.

Para recuperarla, la clave es dar mucho más protagonismo a las legumbres, poner las verduras como preferencia de nuestras comidas y que estén presentes tanto al mediodía como en la cena, ya sea en forma de ensalada o cocidas.

Una alimentación sana, equilibrada y variada - Foxys Forest Manufacture

También hay que cambiar los cereales refinados por cereales y granos enteros, comer más pescado y frutos secos, que son un excelente tentempié”, destaca la nutricionista.

¿Qué hay que incluir y qué hay que evitar en nuestra alimentación?

Anna Paré nos da las claves para llenar nuestra cesta de la compra solo de lo que es beneficioso para nuestro cerebro.

Lo que hay que incluir...

  • El aceite de oliva virgen, que es la mejor grasa que podemos usar.
  • Frutas ricas en antocianinas como los arándanos, las moras o las cerezas.
  • Frutos secos ricos en polifenoles como las nueces, también las almendras o avellanas ricas en vitamina E.
  • Pescado azul, principal fuente de un tipo de grasa omega-3 conocido como DHA (ácido docosahexaenoico) fundamental para el cerebro. Pero mejor que sea pescado de pequeño tamaño para evitar el mercurio.
  • Alimentos fermentados como el yogur, el chucrut o el kimchi por el impacto positivo que tienen en la microbiota intestinal y la importancia del eje microbiota-intestino-cerebro.

Lo que hay que evitar...

  • Deberíamos eliminar los alimentos ricos en azúcar como por ejemplo las bebidas azucaradas, la pastelería y bollería industrial, galletas, etc. Los alimentos ricos en sal, presente especialmente en comida procesada, salsas y platos preparados.
  • Carne roja en exceso y los embutidos, que no dejan de ser carnes procesadas.
  • Eliminar completamente las bebidas alcohólicas, ningún consumo de alcohol es beneficioso para la salud de nuestro cerebro.
  • Todos aquellos productos procesados con aditivos, edulcorantes, emulsionantes, etc. que dañan nuestra microbiota intestinal.

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