¿Madres o amigas?

Entre madre e hija la amistad no debe ser nunca el objetivo principal. Lo importante es crear una buena relación basada en el respeto y la confianza mutua. Te damos las claves.
¿Madres o amigas?

Entre madre e hija la amistad no debe ser nunca el objetivo principal. Lo importante es crear una buena relación basada en el respeto y la confianza mutua. Te damos las claves.

La relación entre madre e hija pasa por diferentes etapas

Desde el nacimiento hasta la pubertad, la niña ve la figura materna como un espejo en el que reflejarse, quiere ser y vestir como ella, a veces incluso sueña con tener la misma profesión.

Luego, a medida que la hija se acerca a la adolescencia, comienza a rebelarse y entonces los conflictos afloran cuando madre e hija descubren que ven la vida de distinta manera y cualquier comentario es recibido de mala manera por la adolescente.

A nadie se le escapa que la de madre e hija es una relación más delicada que la que se da entre padre e hija o madre e hijo. Entre ellas no faltan los gritos, las declaraciones de amor y odio y las peleas. En ocasiones se pueden llegar a crear lazos complicados y tormentosos. Y, aunque en este proceso adolescente es normal que se produzca entre ambas un diálogo de sordos, también se dan las relaciones idílicas en las que la madre hace todo lo posible por acercarse a su hija.

Ella ya ha vivido lo que la adolescente está viviendo, entiende la rebelión propia de esta etapa, ha tenido las mismas dudas y sufrimientos y decide ponerse en su lugar. Es entonces cuando se da paso a una gran complicidad entre ellas. Pueden hablar de asuntos personales, de sentimientos y mantener una relación más íntima que la que se da con el padre. Pero no todo es un camino de rosas.

1 - Si eres madre y quieres tener una buena relación con tu hija debes saber adaptarte a su mundo de adolescente.

2 - La clave está en la confianza y en intentar ver las cosas desde su punto de vista.

3 - Si te fías de tu hija, ella recurrirá a ti y se abrirá en sus temas personales.

4 - Explícale por qué se le exigen o prohíben ciertas cosas, trátala como a una adulta. Esto os hará estar más cerca la una de la otra.

5 - Una madre no es una amiga, por lo tanto no esperes que tu hija te confiese sus secretos, para esto tiene a su grupo de amigas con las que comparte las mismas experiencias, los mismos gustos y, en ocasiones, hasta los mismos problemas.

6 - No confundas y equivoques los papeles, y el tuyo es el de madre, por ello no es aconsejable ir de madre ‘superguay’, porque lo que tu hija espera es que haya unas normas y sepas marcarle los límites.

7 - Es necesario que sepas darle la independencia propia de su edad y mostrar habilidades a la hora de acercarte a ella, sobre todo cuando tiene un problema.

8 - Nadie mejor que tú la conoce, pero si tu hija prefiere aislarse y no contar lo que le pasa, respeta este momento. Lo importante es que ella tenga claro que puede recurrir a ti si lo desea y que tú aceptes sin reproches que no te haya elegido como confidente.

9 - Si sabes apoyarla, sin anular su personalidad, te habrás ganado su respeto.

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