El caso de una mujer y su hijo que quieren casarse en el estado de Nuevo México ha reabierto el debate de la Atracción Sexual Genética o GSA. Dicha mujer dio en adopción a su bebé al nacer y, 19 años después, ambos se han conocido a través de una red social y se han enamorado.
Pero ¿qué provoca estos sentimientos de atracción entre familiares de primer grado? Según diversos expertos, es lo que se conoce como Atracción Sexual Genética, un fenómeno por el que parientes que nunca se han visto, o que fueron separados a una edad muy temprana, sientan atracción entre ellos cuando se conocen en la edad adulta.
Barbara Gonyo fue quien popularizó este término a finales de 1980. Fundadora de Truth Seekers in Adoption, un grupo de apoyo para personas adoptadas, Barbara experimentó la Atracción Sexual Genética en su propia piel.
Gonyo había dado en adopción a su bebé tras dar a luz con 16 años. Conoció a su hijo cuando ella tenía 42 años y él 26, y confiesa que comenzó a experimentar sentimientos no habituales en las relaciones materno filiales. Barbara escribió un libro sobre su experiencia y su opinión sobre cómo afrontar estos sentimientos. Hay que tener en cuenta que la Atracción Sexual Genética se daba en el 50% de los casos de familiares cercanos que se conocían en la edad adulta, especialmente entre hermanos o madres e hijos.
No se han realizado profundos estudios en este campo, aunque algunos expertos asocian estos sentimientos con la añoranza de una intimidad perdida que faltó durante la niñez.
En el otro extremo está la opinión de quienes consideran que la falta de atracción hacia nuestros familiares cercanos es debido al efecto Westermarck, que genera un rechazo sexual hacia las personas con las que nos hemos criado y, por tanto, si hemos sido separados de nuestra familia al nacer, esta impronta sexual inversa quedará sin efecto.
