Seguro que te ha pasado alguna vez eso de estar cocinando con toda la ilusión tu plato favorito para después darte cuenta que te ha quedado horrible, y todo por culpa del exceso de sal. Cuando esto sucede, no tenemos por qué echar a perder ese plato que tanto tiempo nos ha llevado cocinar, sino que podemos recurrir a ciertos trucos que nos salvarán del apuro.
El consumo excesivo de sal está relacionado con problemas de hipertensión, que a su vez nos puede provocar enfermedades cardiovasculares. Por eso conviene utilizarla con moderación en nuestros platos (y buscar alternativas para dar sabor a la comida sin recurrir a este ingrediente). Además, es recomendable utilizar sal kosher en lugar de la sal fina, pues la primera es más fácil de controlar. Si ya es demasiado tarde y te has pasado con la sal, aquí tienes unos trucos para solucionarlo. ¡Toma nota!
Añade una patata cruda
Si estás cocinando un guiso o una sopa y te ha quedado salado, puedes recurrir a la patata para solucionarlo. El almidón presente en este alimento absorberá el exceso de sal, solo tienes que pelarla y cortarla en rodajas grandes. Añádela cruda y cuécela durante 10 minutos. Al retirarla notarás que tu plato ya no está tan salado. Eso sí, no te la comas luego a no ser que te gusten las patatas muy muy saladas.
Si no tienes patatas en casa, puedes utilizar pan, que cumple la misma función. Solo tienes que cortar un trozo y añadirlo a tu guiso, sopa o caldo y dejarlo cocer durante unos minutos.
Otra opción para arreglar una comida salada es añadiendo azúcar. Eso sí, no te pases con la cantidad o tu plato quedará dulce. Es mejor añadirlo poco a poco e ir probando.
Si tienes maizena en casa, diluye una cucharadita en un poco de agua y añádelo a la comida que quieras arreglar (funciona especialmente bien con los guisos). Ten en cuenta que la maizena actúa como espesante, por lo que no te pases con la cantidad o te quedará una sopa muy espesa.
Los sabores dulces y ácidos son estupendos para contrarrestar el exceso de sal. Puedes usar el zumo de algún cítrico, vinagre o tomate.
También puedes añadir más agua para reducir el porcentaje de sal de la comida. Es sencillo y suele dar muy buenos resultados. Si quieres evitar cocer en exceso los alimentos, es recomendable que este truco lo hagas al principio.
También puedes coger un poco de líquido salado y sacarlo de la preparación, para después añadir más agua, un poco de leche o caldo sin sal, en función de lo que estés cocinando.
Puedes enjuagar las verduras o alimentos hervidos ligeramente y colocarlos en agua sin sal. Este truco es especialmente efectivo en el caso de verduras cocidas, al vapor o asadas.