Trucos para dar sabor a la comida sin usar sal

A menudo superamos la cantidad diaria recomendada por los expertos, lo que deriva en retención de líquidos e hipertensión. Si es tu caso, toma nota de estas ideas para reducir su consumo.
pautas de los nutricionistas para seguir una dieta sin sal

En España consumimos mucha sal. Según la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición, ingerimos de media 10 gramos de este compuesto al día, que es casi el doble de lo que recomienda la Organización Mundial de la Salud.

Los expertos del Instituto Florey de Neurrociencia y Salud Mental, en Australia, han elaborado un estudio al respecto y han llegado a la conclusión de que la necesidad de sal se crea en el mismo lugar que donde lo hace la de las drogas, y ese es el sistema opioide. Dicha parte de nuestro cuerpo se encarga de recoger las adicciones (a cualquier cosa que nos causa placer, no únicamente a las drogas). Puede que creas que no es tu caso porque no sueles añadir más que una pizca de sal a tus comidas, pero si adoras las bolsas de patatas fritas y cuando abres una tienes que terminártela, lo que te gustan no son las patatas fritas, sino la sal.

El consumo excesivo de sal está relacionado con problemas de hipertensión, que a su vez nos puede provocar enfermedades cardiovasculares. Por eso conviene buscar alternativas a este compuesto un poquito más saludables. Asimismo te alegrará saber que hay muchas alternativas a la sal que puedes utilizar en tus platos en lugar de esta. Aprender a potenciar el sabor de los alimentos de manera natural es muy importante si queremos mejorar la salud a largo plazo, y eso es precisamente lo que vamos a enseñarte.

Si piensas que la comida sin sal no sabe a nada, quítatelo de la cabeza. Un buen aceite aromatizado en la pasta, un chorrito de limón en la carne blanca e incluso una vinagreta pueden hacer maravillas y alegrar mucho el sabor de estos platos, te lo garantizamos.

Hierbas aromáticas y especias

Las hierbas aromáticas y especias son una buena alternativa a la sal para añadir a guisos, caldos, salsas y cremas. Son bastante más saludables que las salsas y su aporte calórico es menor. Hay para todos los gustos y cada una de ellas va mejor con según qué alimento. Por ejemplo, el curry combina muy bien con la pasta, el orégano con los productos crudos y ensaladas, y el jengibre con la calabaza.

Ajo en polvo

Si hasta ahora lo habías usado como un complemento más de tu dieta, deberías darle la oportunidad de ser el centro de ella. El ajo es rico en vitaminas, sustancias antioxidantes y minerales. También posee propiedades antiinflamatorias y diuréticas. Para hacer sal de ajo, solo has de dejarlo secar al sol y licuarlo hasta hacerlo polvo (si no, la puedes encontrar en el supermercado). También se puede hacer lo mismo con la cebolla.

Aceite con aromas

Los aceites aromáticos potencian el sabor de ensaladas, pescados o verduras al vapor. Es tan sencillo como echar en la botella del aceite algún ingrediente aromático y dejarlo que suelte su aroma y sabor, para que después podemos disfrutar de él en nuestros platos. El aceite aromático de albahaca es perfecto para la pasta, mientras que el de orégano va muy bien con las carnes, pizzas o salsas de tomate.

Un chorrito de limón

El limón es un producto de lo más práctico, y es que además de ayudar a conservar ciertos alimentos (unas gotitas en el aguacate evitan que se oxide tan deprisa), potencia los sabores y consigue que se aprecien mucho más ciertos matices. Se utiliza sobre todo en pescados y carnes blancas, a los que aporta un apetecible sabor refrescante.

Cocina a la plancha o asa

Cocinar los alimentos a la plancha o asarlos no solo hará que se tornen dorados gracias a la reacción de Maillard, sino que conseguirá aportar nuevos matices de sabor que conseguirán que no sea necesario añadir sal.

Vinagreta

El vinagre en todas sus variedades (balsámico, de arroz, de manzana o de vino blanco) es uno de los mejores sustitutos de la sal en una dieta baja en sodio. Aporta sabor sin apenas calorías, y con él podemos preparar deliciosas vinagretas. Este tipo de preparaciones potencian mucho el sabor de los diferentes alimentos a los que acompañan. No solo es perfecto para ensaladas sino también van muy bien para todo tipo de carnes y pescados.

Queso rallado

El umami, también llamado quinto sabor, tiene el poder de potenciar el sabor individual del resto de ingredientes del plato el cuestión. Está presente en alimentos como los espárragos o en este caso, los quesos. Siempre que se consuma con moderación, el queso rallado es ideal para darle a nuestros platos un toque más apetecible y de paso, prescindir de la sal.

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