Cómo hacer dulce de membrillo casero

El dulce de membrillo es un postre tradicional muy popular, que se elabora habitualmente durante el otoño. Descubre cómo puedes hacerlo fácilmente
Cómo hacer dulce de membrillo casero

El membrillo es una fruta maravillosa, realmente aromática y muy nutritiva, que encontramos durante los meses de agosto y septiembre, aunque en ocasiones su temporada puede extenderse hasta el mes de octubre (es decir, podemos encontrarlo en los mercados al final del verano y comienzos del otoño).

¿Sabías que los membrillos no son comestibles cuando están crudos? En realidad, deben ser cocinados hasta que estén blandos. Por este motivo, existen muchas recetas, algunas muy populares y características en las que el membrillo se convierte en uno de los ingredientes estrella. Es el caso, por ejemplo, de la mermelada de membrillo y limón o del tradicional dulce de membrillo.

Y es que el membrillo posee un elevado contenido de pectina, por lo que es ideal para elaborar todo tipo de mermeladas, conservas y jaleas. Es más, es posible utilizar membrillo cocido para reemplazar las manzanas y peras en muchas recetas. Y también son excelentes guisados, escalfados o usados en elaboraciones para hornear.

De hecho, aunque el membrillo crudo presenta una pulpa dura, pálida, arenosa y ácida, con una astringencia bastante intensa, cuando lo cocinamos lenta y prolongadamente (sobre todo con azúcar), se transforma en un maravilloso postre tierno y dulce, con un tono rubí mucho más profundo. 

Como manifiestan muchos cocineros, y al igual que ocurre con la alquimia de las claras de huevo cuando hacemos merengue, la metamorfosis del membrillo es una de las transformaciones culinarias más notables. De esta forma, podemos usarlo en pequeñas cantidades para profundizar y realzar el sabor de una amplia variedad de platos, tanto dulces como salados, o elaborar deliciosos postres, mermeladas y conservas a la antigua.

En la época medieval, por ejemplo, la mermelada de membrillo era muy popular en Gran Bretaña. Por aquel entonces, las frutas peladas y cortadas en cuartos se hervían en vino tinto, se filtraban, se hervían nuevamente en miel y vino especiado y, finalmente, se enfriaban y cuajaban.

Aunque es cierto que el dulce de membrillo es una de esas elaboraciones tradicionales que podemos preparar en otoño. Un postre característico de esta época del año, que puede conservarse a la perfección durante bastantes semanas, gracias a su contenido en azúcar, que tiende a actuar como conservante.

¿Qué es el dulce de membrillo?

Qué es el dulce de membrillo - Foto: Istock

También conocido como queso de membrillo, consiste en una pasta firme, dulce y espesa que suele consumirse solo o como acompañante de rebanadas de pan tostado y queso. Se originó en nuestro país, donde es muy popular su consumo tanto en otoño como en Navidad.

Aunque la receta original consiste básicamente en una pasta de membrillo firme, hay distintas elaboraciones que pueden variar este postre tan característico y tradicional. Por ejemplo, es posible añadir nueces al fondo de la pasta, de manera que podremos disfrutar de un dulce aún más completo y delicioso, además de ligeramente crujiente.

Receta de dulce de membrillo casero

Ingredientes:

  • 2 kg de membrillo
  • 2 tiras de ralladura de limón
  • 3 cucharadas de jugo de limón
  • 4 tazas de azúcar
  • 1 vaina de vainilla partida por la mitad

Elaboración:

Comenzamos lavando bien el membrillo, lo pelamos, retiramos el corazón y lo cortamos en trozos grandes. Seguidamente, rallamos el limón (únicamente la parte amarilla, sin la médula blanca).

Colocamos los trozos de membrillo en una cacerola grande y los cubrimos con agua. Añadimos la vaina de vainilla después de haberla cortado por la mitad, a lo largo, la cáscara de limón, y dejamos hervir. Una vez comience a hervir, reducimos a fuego lento, tapamos y dejamos cocinar durante 30 a 40 minutos, hasta que los trozos de membrillo estén tiernos.

Colamos el agua de los trozos de membrillo, retiramos la vaina de vainilla, pero conservamos la cáscara de limón. Trituramos bien los trozos de membrillo en un procesador de alimentos. Una vez hecho esto, procedemos a pesar el puré de membrillo. Cualquiera que sea la cantidad de puré, esta será la cantidad que necesitaremos de azúcar. Así, si disponemos de 4 tazas de puré de membrillo, necesitaremos 4 tazas de azúcar.

Volvemos a colocar el puré de membrillo a la cacerola grande. Calentamos a fuego medio-bajo. Seguidamente, añadimos el azúcar, revolvemos con la ayuda de una cuchara de madera hasta que el azúcar se haya disuelto por completo. Ahora, añadimos el jugo de limón y continuamos cocinando a fuego lento, removiendo de forma ocasional, durante 1 hora aproximadamente, hasta que la pasta se haya espesado y tenga un color rosa anaranjado intenso.

Forramos un molde rectangular para hornear con papel de horno (papel pergamino), y lo engrasamos seguidamente con una capa fina de mantequilla. Vertemos ahora con cuidado la pasta de membrillo en el molde, y alisamos la parte superior de la pasta para que quede lo más uniforme posible.

Lo dejamos a temperatura ambiente durante 24 horas. Pasado el tiempo, lo conservamos en la nevera hasta que lo vayamos a consumir. Si deseas conservarlo por más tiempo, es posible almacenarlo en un recipiente hermético, durará hasta un año si no lo hemos abierto.

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