Ikea destaca por muchas cosas, pero una de las secciones donde más soluciones distintas ofrece es la de artículos para el almacenaje. Parece hecho a medida de Marie Kondo y compañía este espacio de su colección. Especialmente, más incluso que el de las cajas, el apartado de bolsas de almacenaje, donde cuenta con innumerables soluciones. Todas ellas económicas, resistentes y muy prácticas.
Solo hay que echar un vistazo al modelo Dimpa, el “más vendido” de Ikea en bolsas de almacenaje, una bolsa transparente e hiperresistente, perfecta para transportar objetos pesados o para colgarla en habitaciones de almacenaje de trastos como el trastero, como su propio nombre indica.
Y qué decir de su diseño Pärkla, la bolsa de almacenaje con mejor calidad precio del mercado: resistente como pocas, amplia, de fácil manejo porque se puede apilar o guardar en cualquier cajón o estantería, y encima solo cuesta 2,50 euros, menos de un euro si la que quieres es la de específica para guardar zapatos. O la bolsa Skubb, quizá la más popular de todas las que tiene Ikea en su catálogo, omnipresente dentro de armarios y canapés porque es la preferida de muchas personas para guardar la ropa de fuera de temporada.
Pero ninguna de ellas nos parece tan original, versátil y práctica como la protagonista de esta pieza, la bolsa de almacenaje Gorsnygg, otro de esos nombres que solo Ikea (o un puesto de trabajo en Estocolmo) puede conseguir que intentemos pronunciar en alguna ocasión a lo largo de nuestras vidas.
Así es esta bolsa de almacenaje que se convierte en mochila
La bolsa Gorsnygg de Ikea tiene muchísimos detalles positivos a destacar. El primero de ellos es su tamaño, que es importante, más que suficiente para guardar casi cualquier cosa dentro. Para que te hagas una idea, estamos hablando de una bolsa de almacenaje de 72 litros con medidas rectangulares (40x30x60). Algunos se han ido un mes al Himalaya o a Perú con mochilas más pequeñas que esta bolsa de Ikea…
El segundo detalle a destacar es su resistencia, característica común a todos los productos de este tipo de la tienda sueca. En este caso es si cabe más importante porque la bolsa no está pensada para dejarla siempre en el mismo sitio, sino que es un diseño ideado para el transporte.
De hecho, el tercer aspecto por lo que nos encanta la bolsa de Ikea es que no solo se puede llevar con las asas que tiene, algo con lo que no cuentan todas las bolsas de almacenaje de Ikea. Es que, y este es un detalle único, que no tienen otras bolsas de almacenaje de la firma nórdica, se convierte en mochila. Es decir, gracias a sus tiras puedes acoplarte la bolsa en la espalda.
De esta forma, podrás llevar las manos libres para cargar más cosas o, si no le metes mucho peso, podrás llevarla, por ejemplo, en la bicicleta o en el patinete eléctrico de aquí para allá. Se nos ocurre que también puede ser ideal para llevarla de picnic. Como tiene un portaetiquetas, puedes marcar lo que metes dentro para saberlo sin necesidad de abrirla. Esto es útil en una mudanza, por ejemplo.
El cuarto argumento a favor es que se limpia con tanta facilidad que solo hace falta un paño húmedo, y el quinto, pero no menos importante, es su precio: apenas cuesta 4,99 euros. ¡Ah! Y las cosas se sacan con mucha facilidad gracias a que cuenta con una cremallera lateral que te permite acceder a lo que tengas apilado más abajo sin necesidad de sacarlo todo antes.
