No te vas a creer los cuatro trucos que utilizarás a partir de ahora para mantener en orden el congelador y ahorrar tiempo en el cocinado

El congelador es el gran aliado para reducir el desperdicio, ahorrar tiempo en la cocina y disfrutar de los alimentos en su mejor estado.
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Descubre los trucos infalibles para ordenar el congelador. - iStock / Canva

Congelar es uno de los mejores métodos de conservación porque mantiene intactos los nutrientes y el sabor de los alimentos sin necesidad de aditivos. Al detener el crecimiento de microorganismos y bacterias, se prolonga la vida útil de los productos sin alterar su calidad. Pero no todos los congelados son iguales. Cada alimento necesita su proceso de congelación. También es importante conseguir establecer una armonía a la hora de congelar, ya que podríamos estar desperdiciando espacio si no usamos técnicas para ello. Es fundamental conocer qué alimentos que congelan bien, cuál es la mejor forma de hacerlo y cómo organizarlos dentro de este espacio a menos 0 grados. Con estos trucos, conseguirás congelar muchas más cosas. Descubre cómo poner en orden el congelador y añade a tu día a día maneras de ahorrar tiempo en el cocinado.

Ya descubrimos los tips definitivos para ordenar la despensa según María Pombo, ahora toca otro electrodoméstico clave de nuestra cocina. Desde formas de congelar los alimentos, hasta trucos para conservar al 100 % los nutrientes de los elementos que están en nuestro congelador y que se pueden echar a perder si no hacemos bien el proceso de descongelación.

Los cuatro trucos para ordenar el congelador y conservar los alimentos en perfecto estado

Para mantener la armonía de nuestro congelador, no solo basta con tener un buen orden, sino saber qué alimentos han entrado antes y después, saber cómo podemos congelarlos. Gracias a los siguientes trucos mantendrás los alimentos en su estado óptimo.

Las porciones pequeñas se descongelan más fácilmente

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Guarda en porciones individuales para ahorrar tiempo. - iStock

Uno de los trucos clave para mantener el orden y facilitar la cocina al mismo tiempo es congelar en porciones individuales. Es clave para evitar descongelar más cantidad de la necesaria. Puedes dividir carnes, pescados o guisos en raciones y almacenarlas en bolsas o recipientes herméticos. Esto no solo facilita el consumo, sino que también acelera el tiempo de descongelado.

Ejemplos claros en carnes es, por ejemplo, la carne picada. Puedes meterla completamente en una bolsa, aplanarla y con un cuchillo, hacer cuadrados que equivalgan a una porción. De esta forma, reduces el uso de plásticos, metiendo todo en una misma bolsa y así darle más vida al mismo recipiente. Con los guisos es mejor que utilices recipientes de cristal. Si nos hacemos la pregunta: ¿Mejor un tupper de plástico o de cristal?, la respuesta es que los de cristal evitan la contaminación de microplásticos en nuestra comida.

Las bolsas deben estar bien cerradas y sin aire

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Envasa al vacío los alimentos, mediante máquinas o de forma manual. - iStock

El aire es el gran enemigo del congelador, ya que favorece la formación de cristales de hielo que alteran la textura de los alimentos. Para evitarlo, es recomendable usar bolsas de congelación con cierre hermético y extraer todo el aire posible antes de sellarlas. Si congelas en recipientes, deja un pequeño espacio libre para la expansión de líquidos, pero siempre asegúrate de que cierran bien.

Una forma de quitarle el aire a las bolsas muy sencilla es con un bol de agua. En primer lugar, introduces el alimento en la bolsa; acto seguido, la sumerges hasta el límite y haces el nudo o cierras el zip mientras está dentro del agua. Esta técnica es considerada la forma casera de envasar al vacío alimentos.

Etiqueta todos los alimentos del congelador y rótalos a medida que introduzcas nuevos productos

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Etiqueta todas las bolsas y recipientes de tu congelador. - iStock

Congelar en sí es una táctica muy útil, pero recordar qué hay dentro y cuánto tiempo lleva allí es aún más importante. Un truco infalible es etiquetar cada bolsa o recipiente con el nombre del alimento y, muy relevante, la fecha en la que se congeló. Así evitarás sorpresas y te asegurarás de consumir todo a tiempo, evitando también el desperdicio de alimentos.

Aunque el congelador alarga la vida útil de los alimentos, no los mantiene perfectos eternamente. También es importante conocer el tiempo recomendado de conservación de cada producto. El pan y los mariscos pueden durar hasta tres meses, la carne roja hasta un año y las verduras entre ocho y 12 meses. Recuerda rotar los alimentos que entran últimos al congelador para utilizar los más antiguos primero.

Descongela con seguridad, una tarea que necesita de tiempo y paciencia

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Descongela con horas de antelación para proteger el alimento. - iStock

La mejor forma de descongelar es con paciencia. Pasar los alimentos del congelador a la nevera varias horas antes de su consumo permite que recuperen su textura sin riesgo de proliferación bacteriana. Evita descongelar a temperatura ambiente, ya que esto puede comprometer la seguridad alimentaria. Si necesitas rapidez, el microondas con función de descongelado es una opción válida, siempre que el alimento se cocina inmediatamente después.

Alimentos que sí y otros que no se deben congelar

El congelador no es solo para carnes, pescados y pan. Hay muchas cosas que pueden conservarse en frío y que te sacarán de más de un apuro. Aquí van algunos ejemplos que no sabías que podían congelarse:

  • Huevos. Se pueden congelar sin cáscara, batiéndolos y almacenándolos en porciones.
  • Aguacate. Tritúralo con un poco de zumo de limón para evitar que se oxide.
  • Queso rallado o troceado. De una pieza pierde su textura, pero de esta forma es ideal para gratinados.
  • Fruta. Plátanos, fresas o cualquiera que luego vaya a formar parte de una receta, desde un bizcocho hasta un batido.

Aunque se pueden congelar muchos más alimentos de los que pensamos, hay productos que no soportan bien las bajas temperaturas. Los lácteos como la nata o el yogur pueden separarse al descongelarse, las patatas suelen volverse harinosas y algunas frutas y verduras pierden su textura. La solución en estos casos es congelarlos cocidos, en puré o en pequeñas preparaciones.

Artículo publicado originalmente en el número 2.006 de la revista de papel. Autor original: María García.

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