Marie Kondo se ha convertido en un referente mundial en organización y minimalismo gracias a su famoso método KonMari. Con su enfoque basado en el orden, la simplicidad y la armonía, ha ayudado a millones de personas a transformar sus hogares y su relación con los objetos. Su filosofía no se limita únicamente a deshacerse de lo que no nos aporta felicidad. También busca crear espacios equilibrados, serenos y funcionales, donde cada elemento tenga un propósito y contribuya al bienestar diario. El método KonMari se basa en la premisa de que el entorno en el que vivimos influye directamente en nuestro estado de ánimo. Por ello, Kondo promueve la desmaterialización de los hogares, deshaciéndose de elementos innecesarios y apostando por la simplicidad visual. Esta visión se alinea con el concepto japonés wabi-sabi, que valora la belleza de lo simple, lo natural y lo imperfecto. A través de esta filosofía, Marie Kondo busca que los hogares sean más luminosos, ordenados y acogedores, permitiendo que la energía fluya libremente.
Entre las muchas ideas revolucionarias de la gurú del orden, una de las más sorprendentes ha sido prescindir de las cortinas en el hogar. Aunque las cortinas han sido tradicionalmente un elemento clave en la decoración, Kondo sugiere eliminarlas. Las razones son que se puede potenciar la luz natural, ampliar visualmente los espacios y crear una atmósfera más ligera y elegante. Ya os hablamos de Marie Kondo y el arte de despedirse o cómo aprender a soltar lo que no necesitas y crear espacio para lo que realmente importa. Y, a continuación, exploramos esta propuesta de decir adiós a las cortinas y cómo aplicarla en el hogar para lograr un ambiente más armónico.
Adiós a las cortinas: más luz y sensación de amplitud

Para Marie Kondo, la luz natural es un elemento clave en la armonía del hogar. Las cortinas pueden obstaculizar la entrada de luz, oscureciendo los espacios y creando una sensación de encierro. Al eliminarlas, la luz fluye sin barreras, lo que amplía visualmente las habitaciones y genera un ambiente más abierto y fresco.
Esta idea se inspira en la arquitectura tradicional japonesa, donde las casas suelen contar con grandes ventanales sin cortinas o con soluciones minimalistas como paneles de papel shoji. Esto permite una mayor conexión con el exterior, algo que contribuye al bienestar y a la sensación de calma dentro del hogar.
Minimalismo y orden visual: menos es más

El método KonMari busca reducir el ruido visual y eliminar elementos innecesarios. Por ejemplo, ya os hablamos de cómo implementar el método KonMari de Marie Kondo en tu rutina de limpieza semanal. En este sentido, las cortinas pueden generar una sensación de saturación, especialmente en espacios pequeños, donde pueden recargar la decoración y hacer que la estancia se vea más reducida. Al prescindir de ellas, se logra un estilo más limpio, con líneas simples y sin obstáculos visuales.
Esto no significa que la privacidad o la protección contra el sol se vean comprometidas. En lugar de cortinas voluminosas, Marie Kondo propone optar por soluciones más ligeras y funcionales, como estores translúcidos, paneles japoneses o persianas de madera, que cumplen la misma función sin añadir exceso de elementos decorativos.
Cómo aplicar este truco de Marie Kondo en tu hogar

Si te interesa incorporar este enfoque en tu casa, puedes comenzar eliminando las cortinas de algunas habitaciones y observando cómo cambia la luz y la percepción del espacio. Para quienes prefieren mantener cierto control sobre la iluminación, existen alternativas como persianas de madera o estores finos, que aportan privacidad sin bloquear la luz natural por completo.
Este método no solo favorece la iluminación y el orden visual, sino que también simplifica la limpieza y el mantenimiento del hogar. Sin cortinas, se reduce la acumulación de polvo y ácaros, lo que mejora la calidad del aire y facilita la tarea de mantener un ambiente limpio y fresco. Marie Kondo ha demostrado que un hogar más simple y despejado puede mejorar nuestro bienestar diario. Al eliminar las cortinas y permitir que la luz natural inunde los espacios, se crea una sensación de amplitud, orden y tranquilidad, reflejando la esencia del minimalismo japonés.