Marie Kondo es tan conocida como el presidente del Gobierno. Casi todo el mundo sabe quién es esta mujer japonesa que vende libros que son best sellers y tiene una serie de Netflix con millones de visualizaciones. No es tan destacable esto si no fuera porque ella lo ha conseguido hablando de orden y limpieza en casa en particular y en la vida en general. Su método Konmari es, según ella, un camino para llegar a la felicidad.
Hay quien piensa que se volvería loco si tiene que tener toda la casa tan ordenada como la de Marie Kondo, que incluso con tres hijos y habiendo reconocido que ya no prioriza tener todo perfecto en su día a día, tiene su casa como los chorros del oro, sin nada que aporte ruido visual. Solo hay que ver cualquier foto en la que aparezca en su hogar la gurú del orden.
Sin embargo, cuando asimilas cuáles son sus tips esenciales, esos sobre los que levanta su método personal de orden y limpieza en casa, te das cuenta que no es para tanto aplicarlos. La clave, eso sí, es hacerlo de forma continuada, dentro de una rutina semanal de limpieza.

Así es una rutina semanal a lo Marie Kondo
En líneas generales, no es imposible mantener una vivienda limpia y ordenada a lo Marie Kondo si aplicas de forma periódica y mantenida en el tiempo sus consejos.
No hablamos en este caso de consejos concretos propios de método Konmari, como puede ser el doblado vertical de la ropa dentro de los cajones para tenerla a la vista y que abulte menos (esto no es decisivo para tener una casa ordenada), pero sí de consejos que tienen una aplicación general como la utilización de cajas y cestas para el almacenaje. De nada sirve ponerlas y no mantener luego el orden dentro de ellas.
Con media hora al día de limpieza y orden puede ser más que suficiente para mantener la casa tal y como recomienda el método Konmari, evitando la desorganización y el caos. Igual que dedicas un ratito diario a barrer, fregar y limpiar los baños y la cocina, por ejemplo, basta con añadir unos minutos más a revisar las cestas, las cajas de almacenaje, etcétera.

Si lo prefieres, puedes tener una previsión o programación sobre a qué partes de la casa dedicar cada día esa media horita extra en la rutina de limpieza, media hora que será menos si eres capaz de mantener el orden con el paso del tiempo. Un día el interior de los armarios, otro los baños, un tercero para la cocina, el cuarto para revisar que todo en el trastero esté ordenado y no hayas empezado a acumular cosas donde no debes, el quinto para el despacho y la acumulación de papeles…
Al fin y al cabo, lo que propone Marie Kondo con su método Konmari más allá de consejos de aplicación concreta es mantener una organización y un nivel de limpieza y orden a largo plazo para que impacte de manera positiva en nuestro estado emocional, para que nos guste estar en casa.
Por eso, puedes adaptar su método como mejor se ajuste a tu rutina de limpieza semanal y a tus necesidades. Pero lo ideal, también por tu felicidad, es organizarte de tal modo que de lunes a viernes puedes “rascarle” a tu tiempo esa media hora extra que te permita mantener el nivel de orden y limpieza adecuado en casa. Además, puedes hacerlo solo de lunes a viernes para respetar al máximo tu tiempo de descanso los fines de semana. En este sentido, insistimos en la utilidad de planificar las tareas o espacios de la casa donde vas a “trabajar” durante media hora cada día de la semana.

No te olvides de que son esas tareas diarias y sencillas las que te darán los mejores resultados. Y son estas las que evitarán las palizas y atracones de limpieza cuando ya no puedas vivir en casa del desorden y suciedad que hay. Esto es justo lo que quiere evitar Marie Kondo y su método Konmari.
Y a esas tareas rutinarias no te olvides de añadir en el calendario algún día, puede ser una vez cada seis meses o lo que estimes oportuno, para repasar tus cosas personales y hacer una nueva limpia de aquellas que no te aportan nada. Ya sean documentos que has vuelto a acumular, cosas almacenadas en el trastero o ropa, que es ideal revisar cada vez que cambia la temporada. Si no te has puesto una prenda durante medio año, no la guardes más tiempo: dale una segunda vida y haz hueco en el armario.