Las plagas en las plantas son mucho más frecuentes en los meses de calor y las de la araña roja no son las únicas que pueden aparecer. Habrás leído y oído mucho sobre estas porque se han puesto de moda plantas como la palmera kentia, que suele verse afectada mucho por este bichito casi imperceptible a simple vista que solo se detecta por las señales que deja en las hojas decoloradas. Y algo parecido ocurre con el pulgón blanco, sobre el que te contamos todo lo que debes saber a continuación.
A diferencia de la araña roja, que provoca una decoloración en las plantas hasta que se van quedando secas sus hojas cuando la plaga es grave, el pulgón blanco, como su propio nombre indica, advierte de su presencia por los manchas pequeñas de este color que se observan en las hojas.
En este caso, las manchas blancas, de tamaño muy reducido, no son una señal de alerta que ha dejado el insecto a su paso por la hoja, sino que se trata del propio pulgón, que tiene un tamaño diminuto.

Así es el pulgón blanco
Esta especie, cuyo nombre científico es Aphididae, es de la familia de los hemípteros. Su alimento favorito y casi único son las plantas a las que parasitan, y pueden ser de distintos colores, no solo blancos: los hay amarillos, verdes y negros también, por ejemplo.
En concreto, de lo que se alimenta el pulgón blanco es de la savia de la planta, por lo que llegar a dejarla tan débil que es compatible que sufran enfermedades graves. Es más, las podría acabar matando si se convierten en plaga, que además puede extenderse a otras plantas que estén cercanas. Por ejemplo, en un jardín o patio. Lo que hace exactamente es segregar una melaza líquida que contamina a las plantas, causándoles por ejemplo un déficit de clorofila, dejando las hojas amarillas y secas.

El pulgón blanco se siente especialmente cómodo en climas húmedos y con mucho calor, y suelen detectarse mejor, como la araña roja, en la parte posterior de las hojas. Por eso es tan importante que hagas una pequeña revisión semanal de tus plantas en detalle, para detectar señales de alarma de posibles plagas de pulgón blanco u otros parásitos.
Cómo se puede eliminar
Además del trabajo preventivo que conviene hacer con todas las plantas, si el pulgón blanco aparece, hay algunas cosas que se pueden hacer.
Una forma de hacerlo bastante efectiva es colocar cerca de la planta parasitada alguna de estas especies: ortigas, madreselva o lupino. La madreselva, por ejemplo, segrega nepetalactona, que está considerado un insecticida natural. Otras plantas que también pueden ayudar son hierbas aromáticas como el cilantro y la menta, que también pueden ahuyentar el pulgón blanco.

Por supuesto, los productos específicos, insecticidas que puedes encontrar en tiendas especializadas, pueden acabar con una plaga de pulgón blanco, pero es conveniente pedir consejo a los vendedores y leer muy bien cómo aplicarlo. Y, por supuesto, ser constante, porque a veces hay que aplicarlos durante varias semanas.
Además de estas opciones hay que opta por insecticidas naturales. Por ejemplo, lavar las plantas con jabón y agua, con una mezcla que contenga ajo, que tiene propiedades insecticidas, o vinagre de vino, que es el que mejores efectos tiene, según los que los han probado.
Ninguna de estas soluciones son garantía de éxito, ni siquiera la de los insecticidas específicos que puedes comprar en tienda, pero estos, unidos a colocar alguna planta de la que hemos citado cerca de la enferma, es la mejor opción para intentar acabar con el pulgón blanco.