Si por accidente cae perfume sobre la ropa, los muebles o la alfombra, prueba a quitar las manchas con estos sencillos trucos.
Del algodón
Si es blanco, se frota la mancha con agua oxigenada. Si es de color, se pone un poco de alcohol en un cuenco y se remoja en él la mancha durante media hora.
Después, se frota con un cepillo de uñas o de dientes y se lava con agua muy caliente y jabón líquido. Si el olor persiste, se hierve agua con unas cáscaras de limón, se deja enfriar y se aclara con ella la prenda.
De la seda o la lana
Existen dos formas de eliminarlas. Si el perfume no tiene un olor intenso, bastará con pasar sobre la mancha un algodón empapado en alcohol de quemar; si el olor es muy fuerte, se usa amoníaco puro. En cualquier caso, después, se deja en remojo con agua jabonosa.
De las alfombras y moquetas
Cuando la mancha es reciente, se pasa un papel absorbente para eliminar lo más posible el líquido (sin frotar porque se fija el olor; es mejor presionar de arriba abajo). Después, con un trapo de algodón blanco, se frota la mancha con tricloroetileno o con esencia de trementina.
Si el olor persiste, debes frotar con zumo de limón. Y, a continuación, hay que poner un trozo de papel absorbente sobre la mancha varias horas, colocando encima un peso para que absorba mejor.
De la madera
El remedio más efectivo es frotar la mancha con un algodón empapado en trementina. Luego, se frota con un corcho y se limpia bien con una esponja de agua jabonosa. Si la mancha lleva tiempo y ha quemado la madera, habrá que frotar con un trapo mojado en lejía diluida o amoníaco puro. Por último, se vuelve a encerar con cera incolora o se barniza.
Del mármol
Agua y jabón es el remedio inmediato, pero si ya ha amarilleado el mármol hay que hacer una pasta con polvos de piedra pómez y vinagre y colocarla sobre la mancha, a modo de emplaste, frotando de vez en cuando. Al final, se lava con agua y jabón neutro, se encera con aceite de linaza y se abrillanta con un trapo de lana.
¿Qué es la seda auténtica?
A la hora de limpiar una prenda de seda, es fundamental saber si es de seda natural o artificial. Para ello, sacamos una pequeña hebra y la quemamos con un mechero o una cerilla; si sólo encoje o se riza y se pone de color marrón claro, la seda es natural; si desaparece al quemarse y deja una pequeña cabeza marrón casi negra, la seda es artificial. La seda natural debe lavarse en agua fría o templada, plancharse húmeda, no retorcerse al escurrir y no tenderla nunca al sol.