La bayeta es uno de los utensilios de limpieza que más se utilizan en la cocina. Normalmente las usamos para limpiar todas las superficies (mesas, mesetas, etc.), ya sea porque se nos ha derramado algo, para recoger migas de pan, para aclarar cuando limpiamos con jabón…
Cuando están nuevas, cumplen muy bien su función, pero a medida que las vamos utilizando y va pasando el tiempo, van adquiriendo una textura babosa que las hace resbaladizas. Podríamos pensar que esto ocurre porque van acumulando grasa, pero no se trata de eso.
Lo que ocurre en realidad es que se desarrollan bacterias. No es de extrañar, porque se trata de un medio ideal para su crecimiento: disponen de nutrientes (los restos de alimentos que vamos limpiando con la bayeta), humedad y una amplia superficie porosa para poder desarrollarse.
La importancia de los biofilms
Las bacterias por sí solas no hacen que las bayetas se pongan babosas. Lo que ocurre es que forman estructuras muy complejas, llamadas biofilms, que están compuestas por agua y por otras moléculas (como azúcares o proteínas). Estas estructuras son producidos por las bacterias porque les sirven de protección frente a las agresiones externas; por ejemplo, les protege frente a la deshidratación a la vez que permite el intercambio de nutrientes y gases con el exterior.
Este biofilm también protege a las bacterias frente a los productos que empleamos para intentar lavar las bayetas, como detergentes o incluso lejía, así que nuestros intentos por higienizarlas no suelen dar resultado. Como mucho, lo que logramos cuando utilizamos lejía o cuando lavamos las bayetas en la lavadora, es retirar parte de ese biofilm. Por eso conseguimos que ya no estén tan resbaladizas como antes. Pero esos tratamientos no son efectivos para eliminar las bacterias responsables de su producción.
Un problema en la industria alimentaria
De hecho, la formación de biofilms es un grave problema en la industria alimentaria, que tiene difícil solución. Las colonias de bacterias se pueden formar por ejemplo en la superficie de las tuberías o de los recipientes que se utilizan para albergar alimentos y acaban produciendo esas capas de biofilm para protegerse, lo que hace que ni siquiera los tratamientos de limpieza y desinfección convencionales resulten útiles para eliminarlos, por muy exhaustivos que sean. En estos casos deben aplicarse tratamientos específicos que requieren conocimientos, tiempo y esfuerzo.

¿Podemos acabar con los biofilms que se forman en las bayetas de casa?
Si consideramos lo que acabamos de decir, ya podemos imaginar que eliminar el biofilm en las bayetas de casa es misión casi imposible. Por eso lo más recomendable es, en primer lugar, prevenir su formación. Esta se puede producir de forma relativamente rápida (se estima que una colonia de bacterias puede producir biofilm en un tiempo que oscila entre veinte minutos y cuatro horas), así que conviene tenerlo en cuenta para no dejar las bayetas en contacto con la suciedad que acabamos de limpiar. Es decir, deberíamos aclararlas lo antes posible para retirar esos restos de alimentos que pueden servir de nutrientes para las bacterias. También es conveniente escurrirlas y dejarlas secar al aire para tratar de retirar el agua e intentar así eliminar la humedad que puede favorecer el crecimiento de esos microorganismos.
En cualquier caso, a medida que vaya pasando el tiempo y que vayamos utilizando la bayeta, será inevitable que se acaben acumulando bacterias y que produzcan biofilm. Como ya hemos mencionado, es muy complicado acabar con él y con las bacterias que lo producen, así que cuando esto ocurre, lo más recomendable es tirar la bayeta a la basura. Si no lo hacemos así lo que conseguiremos al utilizar la bayeta contaminada es dispersar todos esos microorganismos por la cocina, así que, en lugar de limpiar, ensuciaremos.
Se trata de una medida que puede sonar muy drástica, dado el impacto ambiental que supone la renovación de estos utensilios. Pero por lo general la seguridad alimentaria suele estar reñida con la sostenibilidad. De hecho, lo más recomendable sería utilizar papel de usar y tirar, en lugar de bayetas de varios usos.